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MUJERES Y EJÉRCITO EN TIEMPOS DE NAPOLEÓN 75
emprender el último tramo del viaje hasta Lisboa. En su camino visitó Toledo
y pasó por Talavera, Trujillo y Badajoz. Volvió a cruzar territorio español
en febrero del año siguiente, al regresar a Francia. Y tuvo que hacer este
camino, una vez más, en marzo de 1810 al ser nombrado el general Junot,
comandante en jefe del VIII Cuerpo de Ejército francés en España. Debido a
los acontecimientos bélicos, la duquesa de Abrantes recorrió durante meses
distintos lugares de Castilla la Vieja y León (Burgos, Valladolid, Salamanca,
Ledesma y Ciudad Rodrigo) mientras seguía los pasos de su marido, y no
regresó definitivamente a París hasta julio de 1811.
Cuando seguía a su esposo Junot, de Valladolid a Salamanca, fue hecha
prisionera por el guerrillero don Julián. En Ciudad Rodrigo, plaza fuerte
medio en ruinas, en una casa sostenida a duras penas por enormes sacos
terreros que interceptaban cualquier rayo de luz, la rutilante y altanera Laura
Permon dio a luz un niño en mitad de la miseria, la penumbra y los peligros.
Como no podía ser de otro modo, recibió el nombre de Rodrigo.
Resultado de aquel periplo por tierras españolas fue un libro de viajes
que Laure Permon escribió años después, con brillantes descripciones de
cuanto vio y observó durante su estancia en el país. Para entonces, se había
convertido en una enamorada de España. Fue capaz de hacer autocrítica de
la presencia francesa en España durante la Guerra de la Independencia. Para
la autora, si bien las intenciones de los suyos fueron buenas, los medios
no siempre fueron los adecuados. Tras presenciar la manera en la que los
soldados franceses trataban a sus homólogos españoles, confesaba haber
alcanzado un estado de indignación tal “que habría aceptado el mando de
una partida de guerrillas”44.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 75-102. ISSN: 0482-5748
LAS MUJERES SOLDADO
También existió un importante grupo de mujeres que no queremos
dejar en el olvido. El de aquellas que por motivos bien diferentes hicieron
caso omiso de su condición femenina, y ocultas bajo vestimentas de varón,
usurparon, con mayor o menor suerte, una personalidad que, en los tiempos
que les tocó vivir, no les correspondía, alistándose como soldados, una
profesión entonces reservada exclusivamente a los hombres. Merecen un
recuerdo y salir del olvido al que han quedado relegadas.
44 Souvenirs d ’une ambassade et d ’un séjour en Espagne et en Portugal de la duquesa de
Abrantes. Publicada en 1837. Traducción, estudio y notas de Francisco Lafarga, Lleida,
Universidad de Lleida/Pagès Editors, 2016, colección “El Fil d’Ariadna”, p. 113.