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128 RICARDO GONZÁLEZ CASTRILLO
para la vida de la ciudad. Sin embargo, la medida no surtió efecto porque
el ḥafsī ordenó a su vez suspender las relaciones comerciales, y pasaron
“quartorze dias que no vino aqui ningun moro ni judio, ni truxeron ningunos
bastimentos”111. Finalmente, el asunto se solventó cuando Tovar se disculpó
ante él por medio de un emisario judío. Ahora bien, sugería al emperador
que podría restituirse el pago de un impuesto anterior, ya suprimido, sobre
la aduana y que “no pagando las parias, se cobrara aqui de su aduana, pues
por aqui passa toda la ropa que a el se lleua”112.
La correspondencia entre Carlos V y el gobernador Francisco de Tovar
contiene muchas e interesantes noticias sobre la historia de la Goleta,
como queda expuesto, indicativas en buena parte de las difíciles relaciones
que presidían el día a día con el emir ḥafsī Mulay Ḥasān, rey de Túnez y
conflictivo vasallo del emperador. Asimismo, las obras de fortificación de la
plaza y el abastecimiento de la misma son temas frecuentes en dicha correspondencia.
Pero junto a estas cuestiones importantes, otras de menor rango
figuran tratadas también en las cartas cruzadas entre ambos. Como ejemplo,
la relativa a los bienes del pagador Martín Pérez de Idiacáiz, personaje que,
al parecer, había dejado en la Goleta cueros y lanas por valor de 7.000 ducados.
Herencia que ninguno de sus descendientes quiso aceptar. Tras comunicar
este hecho al emperador, Tovar fue autorizado a vender tales bienes en
Sicilia o Nápoles y destinar el importe obtenido a la fortaleza. Y con el visto
bueno del contador lo hizo así e invirtió dicho importe en la compra de madera.
Conviene advertir que el tal contador era una persona bajo sospecha de
haber participado en el reciente motín que perturbó la vida de la Goleta. De
hecho, una de las misiones encomendadas a Niño por el monarca era la de
“informarse como ha vsado y vsa su ofiçio y nos traiga rrelaçion dello”113.
Otro incidente, comunicado con amplitud al emperador en carta del 9 de
junio de 1539, es el protagonizado por el pagador Juan de Argarain, sobre el
que recaía sospechas de haber ocultado los 2.800 escudos que traía consigo
en una galeota que naufragó en la isla de Zimbano, próxima a la Goleta. Enviado
a Sicilia para recabar más dinero, con instrucciones para que regresara
cuanto antes a la fortaleza, “estuuo alla mas de ocho meses”114. Y, para mayor
desobediencia, cuando estuvo preparado, no quiso seguir la derrota que
le indicó el gobernador. Por todo ello, al desembarcar en la Goleta, mandó
111 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 15, doc. 34. “Carta de Francisco de Tovar al emperador
Carlos V” de fecha 9 de junio de 1539.
112 Ibidem.
113 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 16, doc. 53. “Carta del emperador Carlos V a Francisco
de Tovar”.
114 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 15, doc. 34. “Carta de Francisco de Tovar al emperador
Carlos V” de fecha 9 de junio de 1539.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 128-138. ISSN: 0482-5748