250 ANIVERSARIO DEL CUERPO DE INGENIEROS DE LA ARMADA
— no discute cuál de las dos construcciones es la más fuerte y durable, pues
por práctica sabe que ambas tienen la suficiente fortaleza para su uso.
— El uso de curvas llave en los navíos ofrece algunos reparos, y en la
actualidad se omiten, pero siendo evidente lo utilísimas que son para
sujetar y fortalecer los costados, mayormente en temporales, reconoce
que en el San Genaro convendría que se pusiesen, al igual que en los
buque de gran porte que no las tengan y en adelante se construyan.
sugiere instalar dieciséis curvas llave en cada cubierta de la primera y
segunda baterías, repartidas ocho a babor y ocho a estribor, situándose
las de babor en los espacios intermedios de las de estribor.
— Juzga conveniente que se dé a los entrepuentes dos pulgadas más de
alto y las mismas de curvatura a todos los baos.
— Están notoriamente acreditadas y probadas las bondades de la construcción
inglesa en cuanto a los gálibos, dimensiones, compartimientos,
baterías y propiedades, y no piensa que puedan mejorarse ni que
monarca alguno tenga mejores navíos.
El mismo día, el conde de vega Florida respondió a las objeciones contra
la construcción inglesa por Francisco Gautier. En su contestación expone que
se enviaron copias de las objeciones a los constructores y facultativos, dirigiéndole
al rey los documentos ejecutados y presentados, sin hacer cotejo de
ellos con el de Gautier, por no ser de su privativa facultad. Comenta a continuación
lo que por experiencia propia acreditó y oyó generalmente a toda la
Marina, en comprobación de la fortaleza, aguante y excelentes propiedades de
los buques. Dice en su carta:
«Los navíos de fábrica inglesa pueden ser tan fuertes como los navíos de
nuestra fábrica antigua, aunque estén construidos y ligados con un método
distinto, e incluso más fuertes que los ingleses. no son débiles e incapaces de
resistir temporales y combates, pues la prueba experimental desde el año 1750
ha acreditado lo contrario, y raros serán los Oficiales de Marina que no hayan
pasado en ellos temporales grandes. Personalmente, al mando del África, que
es el más débil de todos, no experimenté con él, ni con los demás, el más leve
contratiempo. Los puse a la capa y forcé de vela bolina cuanto era posible con
mares formidables, en cuyos casos admiré más el poder, aguante, descanso y
buen gobierno de ellos y, en todos, su buena vela.
»¿Para qué fin se necesita mayor fortificación en un navío de guerra, para
la resistencia de un temporal o en un combate? se necesita más para el temporal
pues con un tiempo y mares grandes hasta a los navíos de mayor fortaleza
en sus cubiertas y costados les cuesta resistir, por lo que padecen con los grandes
balances, cabezadas y golpes de mar, que los estremecen enteramente, y
mucho más con el enorme peso de la artillería que llevan sobre dichos costados
y cubiertas, viéndose muchas veces obligados sus comandantes a echar al
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