250 ANIVERSARIO DEL CUERPO DE INGENIEROS DE LA ARMADA
en el año 1722, sin contar los que antes tuvimos desde el 1714, no quedó de
ellos en el 1749 otro que el san Fernando, que sirve de chata en La Carraca
desde hace mucho tiempo, y algunos de los construidos en La Habana, que
por la buena calidad de las maderas aún permanecen. se infiere que la duración
de los navíos no depende solamente de su fortaleza sino principalmente
de la bondad de sus materiales, y que si para aquellos antiguos, que en breve
tiempo se inutilizaron y echaron al través, hubiera habido entonces diques en
que carenarlos no habrían tenido tan pronto fin.
»Los navíos de guerra, en particular los ingleses (que aseguran los constructores
que no son tan fuerte como estos), han navegado frecuentemente en
todos los mares del mundo y han mantenido combates con ellos, débiles como
se suponen, con la mayor parte de las naciones marítimas de Europa, sin que
se haya reconocido decadencia por poder sostener o dejar de aguantar los
temporales y las dilatadas navegaciones. Esto es más que suficiente para
demostrar que esta construcción inglesa es fuerte, desvanecer el triste y bajo
concepto que de ella se ha formado, pues no todas las cosas están precisamente
sujetas a unas mismas reglas, y que s. M. puede contar para todas las
funciones que se ofrezcan de guerra y mar con los navíos que tiene.»
Finalmente, después de todo lo ocurrido en mayo de 1767, la balanza se
inclinó del lado de Gautier y se hizo oficial el método francés que había
propuesto, con gran disgusto para Jorge Juan, que en 1771 recopiló su conocimiento
sobre los procedimientos de construcción naval en su obra Examen
marítimo teórico-práctico ó Tratado de Mecánica aplicado á la construccion,
conocimiento y manejo de los navíos y demás embarcaciones.
En 1769 Francisco Gautier fue nombrado director general de Construcciones
de la Real Armada, y en 1770 se creó el Cuerpo de Ingenieros navales de
la Armada, nombrando como su primer director a Gautier. su discípulo José
Joaquín Romero Fernández de Landa fue el primer ingeniero naval español y
el segundo director del Cuerpo de Ingenieros navales de la Armada.
Los documentos y hechos que se han expuesto fueron decisivos para el
cambio de sistema de construcción naval en España. El inglés y el francés
tenían ventajas e inconvenientes y todavía hoy es difícil concluir si el cambio
estaba verdaderamente justificado y resultaba beneficioso desde un punto de
vista técnico.
2020 313