250 ANIVERSARIO DEL CUERPO DE INGENIEROS DE LA ARMADA
de los ingenieros de Marina era la silvicultura, que aseguraba la calidad de las
maderas.
Cuando se inicia la reconstrucción de la Armada en la década de 1840 toda
la red de suministro se había perdido. Con el colapso de la administración a
partir de la Guerra de la Independencia y las que siguieron, los bosques se
habían descuidado o talado para otras necesidades. Los caminos habían desaparecido
y el personal encargado había buscado otras ocupaciones con que
poder ganarse la vida. La calidad de las maderas solo se podía asegurar
controlando el proceso completo, desde que el árbol se plantaba hasta que
llegaba al arsenal. Esto era imposible con los contratistas privados, que trataban
con maderas de muy diversas procedencias. Restablecer todo el sistema
de suministro tal como estaba en el siglo anterior hubiese sido tremendamente
costoso, en tiempo y en dinero. Por lo tanto, la Armada tuvo que depender en
gran parte del mercado internacional. Las dificultades de suministro se agudizaron
después de la Guerra de Crimea. Francia e Inglaterra iniciaron una
carrera de armentos navales y acapararon las mejores maderas. El tamaño de
los buques aumentaba sin cesar y las grandes piezas para navíos y fragatas
blindadas comenzaron a escasear. La introducción de la construcción metálica
en los buques de guerra se debió tanto a sus bondades técnicas como a la
creciente carestía de maderas adecuadas. Primero fueron partes concretas del
casco, como diagonales y curvas de baos; luego cascos de hierro completos.
La decisión de construir la Numancia en hierro tuvo que ver con la incierta
calidad de las maderas que ofrecía el astillero para otro buque. El Almirantazgo
británico decidió construir el acorazado Warrior en hierro porque los arsenales
estaban saturados, teniendo que recurrir al sector privado. En España no
existía una industria privada que pudiese suplementar la capacidad de los
arsenales en momentos determinados. todo tenía que fabricarse en ellos o
importarse. La autosuficiencia nacional en armamentos dejó de ser viable
cuando pasó a estar estrechamente relacionada con el desarrollo industrial.
Hacia 1866 el Estado estaba en bancarrota, las importaciones no se podían
pagar al contado y solo algunas empresas españolas daban crédito al Gobierno.
Esta fue la causa inmediata de que Portilla, White y Cía., de sevilla,
iniciara en 1867 la fabricación nacional de hierro en planchas y ángulo, tornillos,
tuercas y remaches. Algo aparentemente tan sencillo no se había hecho
antes y la Armada lo necesitaba urgentemente para no paralizar la construcción
de la fragata blindada Príncipe Alfonso (rebautizada Sagunto).
El auge de la construcción de la red ferroviaria española, simultánea con la
gran actividad en los arsenales, no había significado nada para la industria
siderúrgica. Los raíles y el material auxiliar se importaban. El intento de
conseguir fabricantes de máquinas terminó también en fracaso. Algunas
empresas, como La Maquinista terrestre y Marítima, de barcelona, y Portilla,
White y Cía., construyeron unas pocas máquinas para pequeños cañoneros,
pero eran incapaces de producirlas con cierta potencia para corbetas, fragatas
370 Agosto-septiembre