250 ANIVERSARIO DEL CUERPO DE INGENIEROS DE LA ARMADA
de línea con blindaje metálico propulsado a vapor y de hélice, La Gloire (12),
puede considerarse el primer acorazado oceánico y el inicio de una línea
evolutiva y de una carrera armamentística entre las marinas europeas que
durará hasta Jutlandia.
La botadura de La Gloire supuso una verdadera sorpresa tecnológica y un
revulsivo para el Almirantazgo británico. una flota francesa de buques acorazados
podría tener alarmantes consecuencias estratégicas, ya que amenazaba
el control del Canal y abría la posibilidad a una invasión desde el continente.
La reacción británica no se hizo esperar con la botadura en tiempo récord del
Warrior, un verdadero acorazado con estructura de hierro que incorporaba
conceptos novedosos que influirían en el futuro de la construcción naval militar.
¡Había comenzado la era del acorazado!
Pero para no perderse en demasiadas consideraciones históricas, conviene
concluir que la radical transformación tecnológica que experimentó la guerra
naval en el período que va desde trafalgar —último gran combate naval de la
marina vélica— hasta Jutlandia —última gran confrontación de acorazados—
supuso que en menos de cien años las marinas de las potencias navales habían
cambiado de tal manera que un acorazado de principios del XX no guardaría
ninguna similitud con un buque de línea de los que combatieron en trafalgar.
un marinero de la Gran Armada no tendría mayor dificultad para adaptarse a
la dotación del Santísima Trinidad, pero no podríamos decir lo mismo de un
tripulante de este buque que trasladásemos a un acorazado de la clase España.
si se me permite el símil —aunque burdo, ilustrativo—, para imaginarnos la
transformación que nos puede esperar, supongamos que al tAO (13) de
la fragata Álvaro de Bazán lo desplazásemos al CIC de una hipotética unidad
de la clase Lugo que se botará en el 2050. ¿Cuál sería su reacción?
La lección de la revolución industrial es que los cambios tecnológicos,
aunque en el comienzo puedan parecer prudentes e incrementales,
acaban por acelerarse y producir una profunda y radical transformación
en el diseño de las unidades, en la composición de la Fuerza, en la
organización y política de personal y en la base tecnológica industrial.
Hacia una diferente estructura de la Fuerza: el concepto de fuerza híbrida
Del anterior breve análisis histórico se deduce que hasta mediados del XIX
el efecto de la Revolución Industrial en el mundo naval fue bastante limitado,
(12) botado en 1859.
(13) Tactical Action Officer.
232 Agosto-septiembre