
106 RICARDO GONZÁLEZ CASTRILLO
La elección de Tovar parecía adecuada por su experiencia en la dirección
de una fortaleza9. A mediados de febrero de 1538 partió de Barcelona,
dejando “mis criados y mi rropa que, avnque es poco, es todo lo que
tengo” en Málaga –ciudad desde la que se organizaron muchas campañas
norteafricanas y de donde salían los suministros para los «presidios» militares,
a la espera de recibirlos pronto, junto a otras vituallas solicitadas
para la fortaleza10. En el mes de abril llegó a su destino en compañía de 239
soldados, después de un azaroso viaje que duró treinta y tres días a causa
de las malas condiciones climáticas y por haberse detenido en Bona11 para
dejar un destacamento de 100 hombres en ese fuerte. En la Goleta halló una
situación un tanto anómala ya que su gobernador, Bernardino de Mendoza,
se encontraba ausente y enfermo en Sicilia desde hacía más de dos meses12,
adonde había ido para cumplir el encargo real de armar dos galeras. Y había
quedado al frente de este presidio al capitán Miguel Pérez de Varáiz, quien
“tenia las llaves desta fortaleza en su nombre”, pero aconsejó al nuevo alcaide
esperar a que “veniese don Bernaldino” para hacerle la entrega formal
de 1535”. Vid. también Varriale, Gennaro: “Un juicio de frontera: el caso de Francisco
Tovar, alcalde de la Goleta”, en Jiménez Estrella, Antonio y Lozano Navarro, Julián A.
eds.: Actas de la XI reunión científica de la Fundación Española de Historia Moderna,
vol. 1. Editorial Universidad Granada, Granada, 2012, pág. 1225.
9 Ibidem, p. 1226. Varriale señala que anteriormente había sido castellano del bastión de
Trezzo, en Lombardía, cargo en el que fue restablecido tras su destitución de la Goleta
en 1546.
10 Vid. Archivo General de Simancas en adelante A.G.S., Guerra y Marina, leg. 13, doc.
125. “Carta de Francisco de Tovar al comendador mayor de León, del Consejo Secreto
de S.M. y su primer secretario en la corte de Barcelona” de fecha 30 de abril de 1538.
Precisa aquí que tales suministros eran picas, arcabuces y pólvora, si bien no hace mención
alguna de cantidades.
11 Bona –actual ciudad de Annaba, en Argelia- fue conquistada por Andrea Doria en 1535,
quien dejó como gobernador de la misma a Alvar Gómez de Horozco. Yāqῡt había destacado
de ella que “era una ciudad de Ifrīqiya entre Marsa al-Jarz y Ŷazīra b. Mazganna
… fortificada y fuerte … con frutas y huertos … y una mina de hierro. Está sobre
el mar … en nota y da al monte Zagῡg, muy nevado y frío. Y de las cosas sorprendentes
… es que en este monte hay una mezquita …. En Bona está la tumba del rey de
Ifrīqiya”. Vid. Al-Ŷūndī, Farīd Ἁbd al-Azīz: Muʻ ŷam al-Buldān, Beirut, 1990, t. I, pág.
607. Tovar siempre mostró sus recelos al mantenimiento de esta fortificación recomendando
a Carlos V su desmantelamiento, porque “en Bona V.M. gasta mucho y ay poca
necesidad de sostener aquello”, cuyos recursos podrían pasar a reforzar la Goleta. Vid.
A.G.S., Guerra y Marina, leg. 16, doc. 54. “Carta de Francisco de Tovar al emperador
Carlos V” de fecha 3 de septiembre de 1539.
12 El emir escribía al virrey de Sicilia, el 1 de febrero de 1538, informándole de que “el
capitan don Bernardin a stato malato; y partiose de aca, porque le conselaro que en Sicilia
sanarja”. “Carta de Mulay Ḥasān a Hernando de Gonzaga”. Vid. “Lettere di Muley-
Hassen re di Tinisi a Ferrante Gonzaga, vicerè di Sicilia (1537-1547)”, en Atti e memorie
delle RR. Deputazioni di Storia Patria per le provincia Modenesi e Parmensi. Carlo
Vincenzi, Módena, 1866.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 106-138. ISSN: 0482-5748