108 RICARDO GONZÁLEZ CASTRILLO
tificar la Goleta, y había confiado el proyecto al ingeniero italiano Antonio
Ferramolino, quien tampoco se hallaba por entonces allí. En este tema, Tovar
era un decidido partidario de las ideas defendidas por Mendoza, cuyos
planos había visto en Barcelona, y se proponía realizar “el hedifiçio perpetuo
conforme a la traça que don Bernaldino avia enviado”20. Mendoza, por
su parte, había puesto de manifiesto sus dudas con relación a los cimientos
de la “obra perpetua … porque Ferramolino la quiere hacer sobre madera
en la parte de la tierra”21. Sin embargo, no todos estaban conformes. Ferramolino,
el almirante genovés Andrea Doria y el virrey siciliano Hernando
de Gonzaga, duque de Ariano, discrepaban acerca de cómo debían proseguir
las obras ya iniciadas22. El virrey opinaba que la muralla había de hacerse
de tierra y no de piedra como pensaba Tovar, quien creía que “desde donde
la ay tierra costaria tanto o mas que traer piedra”23. Y, por ello, se sometió
al emperador la decisión24. Piedra había en abundancia, de buena calidad y
ya labrada, puesto que se sacaba del acueducto de Adriano25. Tovar había
visitado dos veces este monumento romano desde su llegada a la Goleta,
pues se enteró de que un arco del mismo se había desprendido y “solo aquel
paresçe que sirve para hazerse mucha parte de la muralla”26. La dificultad
estribaba en acarrearla desde este lugar debido a que eran “moros los que lo
traen y el rey de Tunez no dexa traer syno con seys carretas”27. Por este
motivo, el nuevo gobernador había ordenado traer de Nápoles 30 carretas,
adquiriendo las parejas de bueyes necesarias en la Goleta por ser más económicos.
Por otra parte, cuando la guarnición saliera a proveerse de agua fuera
de la fortaleza, podría aprovechar el viaje para cargar también esta piedra28.
Tovar, desde luego, habría deseado poder discutir las diferentes opciones de
construcción con Mendoza y con Ferramolino ya que los dos oficiales que
quedaban en la Goleta eran incapaces de resolver las dudas que se planteaban.
En realidad, lo que había era un edificio de arena y juncos, con diversas
20 Ibidem.
21 AGMM. Fondo Aparici, t. V, sign. 1-5-5 (rollo 2, microfilm), pág. 13.
22 Sobre las diferentes propuestas, vid. Vera Aparici, Jorge: “La Goleta: comienzos de una
fortaleza”, en Sharq al-Andalus: estudios mudéjares y moriscos, nº 8, 1991, pp. 235-241.
23 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 13, doc. 91. “Carta de Francisco de Tovar al emperador
Carlos V” de fecha 30 de abril de 1538.
24 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 13, doc. 92. “Resumen de la carta de Francisco de Tovar”
de fecha 30 de abril de 1538.
25 Vera Aparici, Jorge: op.cit., pág. 237. “Piedra ay tanta –escribe Tovar- en los arcos y
toda tan buena y labrada como V.M. ha visto”. A.G.S., Guerra y Marina, leg. 13, doc.
91. Carta de Francisco de Tovar al emperador Carlos V de fecha 30 de abril de 1538.
26 Ibidem.
27 Ibidem.
28 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 13, doc. 92. “Resumen de la carta de Francisco de Tovar”
de fecha 30 de abril de 1538.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 108-138. ISSN: 0482-5748