208 AGUSTÍN J. PÉREZ CIPITRIA
Reunidas las dos importantes personalidades para concretar la viabilidad
del proyecto, se llegó a un acuerdo por ambas partes mediante el cual se
confirmaba el protagonismo del cardenal en la campaña, ya que costearían,
de la misma manera que sucedió en Mazalquivir, los sueldos y flete de la
armada pues la monarquía española carecía en esos momentos de suficiente
liquidez para afrontar tales gastos. Finalmente, tal y como se acordó entre
Fernando el Católico y Cisneros, el dinero aportado por este último le sería
devuelto posteriormente por la Corona que, a su vez, se haría cargo de la
plaza conquistada22.
En cuanto a la responsabilidad de dirigir esta misión, el rey Fernando
aceptó que fuera Cisneros quien ostentara el cargo de Capitán General de la
empresa, sin embargo, el monarca no admitió la propuesta del cardenal para
que la Armada que se iba a formar fuera dirigida por el prestigioso Gonzalo
Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. La elección del aragonés fue la de
Pedro Navarro al que lo nombró Maese de Campo23. Navarro era un militar
muy experimentado en el arte de la guerra, habiendo participado con éxito
en diferentes campañas. Sin embargo, esta decisión no fue del gusto del
cardenal, aspecto que poco tiempo después quedó constatado debido a las
continuas desavenencias, en ocasiones muy tensas, surgidas posteriormente
entre el religioso y el militar.
1.4.3. Preparativos de la conquista
Como primer paso hacia la conquista, el 23 de julio de 1508 se produjo
la ocupación del Peñón de Vélez, precisamente bajo el mando de Pedro
Navarro, lo cual estimuló aún más las gestiones para tramitar la toma de
Orán.
Unas semanas más tarde, a principios de agosto, las bases portuarias
de Cartagena y Mazalquivir recibieron la correspondiente notificación
de ponerse a la orden de Cisneros, nombrado oficialmente Capitán General
para la guerra de África el día 20 del citado mes.
El cardenal se encontraba deseoso de emprender la aventura de conquistar
Orán, por lo que puso todo su empeño en acelerar las gestiones en la
preparación de la armada que debía zarpar desde Cartagena. No obstante, y
en contra de lo previsto, los preparativos sufrieron un importante retraso. A
22 DE VALLEJO, Juan: op. cit., pág. 78.
23 Pedro Navarro era considerado como un militar con sobrada experiencia en el campo de
batalla, pero con dudosos principios morales. ADRO Xavier: Cardenal Cisneros. Hombre
del Renacimiento. Casals, Barcelona, 1988, pág. 409.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 208-232. ISSN: 0482-5748