22 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL
Por su parte, ese mismo día 24 de enero, García Valiño tomaba Manresa
y se lanzaba hacia el Noroeste para aislar Barcelona de la frontera. Ante
tal inminente riesgo, Azaña, Negrín y los altos mandos políticos y militares
comenzaron a huir hacia Gerona, donde se reunirían por última vez las muy
mermadas Cortes de la República. En la Ciudad Condal la situación era ya
de derrotismo absoluto. Las disensiones entre Gobierno Central y Generalidad
contribuyeron a que la población perdiese el espíritu de lucha. Defendida
por unidades decididas, y con la posibilidad de cierto aprovisionamiento
por vía marítima, una ciudad de la entidad de Barcelona podría haberse convertido
en un obstáculo formidable para cualquier atacante, pero nada era
más lejano de la realidad en esos oscuros días de enero de 1939… El día 25
Yagüe cruzaba el Llobregat sin encontrar apenas resistencia. Al día siguiente,
Barcelona quedaba rodeada por el Norte y por el Oeste y, al mediodía,
las tropas de Yagüe y Solchaga comenzaban a entrar en la capital catalana.
Los principales edificios oficiales fueron ocupados a primeras horas de la
tarde. Los barceloneses que habían apoyado en secreto al bando sublevado
se lanzaron a las calles para vitorear a las tropas triunfantes. Mientras, cerca
de medio millón de personas habían huido camino de los Pirineos, colapsando
las carreteras y dando lugar a las tristemente famosas escenas del éxodo
republicano antes comentadas. La otra cara de la moneda era la misa mayor
celebrada en el centro de Barcelona y el inicio de una nueva esperanza no
exenta de frustraciones que relataría como nadie años después Dionisio Ridruejo
en sus célebres Casi unas memorias (su plan, como jefe de propaganda
que a la sazón era, de entrar en la Ciudad Condal con octavillas impresas
en catalán no fue tenido, quizá torpemente, en cuenta).
Después, Gerona caería sin resistencia el 4 de febrero, al tiempo que
Azaña y Lluis Companys cruzaban la frontera, también Rojo y Negrín. Ese
mismo día García Valiño tomaba Vic y, el día 8, los navarros entraban en
Figueras. El día 9 las tropas de Moscardó y Solchaga llegaban a la frontera
francesa que, el día 13, quedaba definitivamente sellada por el Ejército nacional
(el día 10 había pasado a Francia, con las últimas unidades del Ejército
del Ebro, Modesto. Sus hombres fueron inmediatamente desarmados e
internados en los terribles campos de concentración establecidos en el Sur
de Francia: Argeles, Barcarés, San Ciprián… nombres todos ellos ignominiosos
en la historia de España pues miles de compatriotas nuestros pasarían
allí largos meses en unas condiciones realmente infrahumanas que presagiaban
las oscuras sombras de los campos de concentración que el mundo
conocería con espanto poco después).
La guerra estaba decidida y el final era ya cuestión de muy poco tiempo.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 22-52. ISSN: 0482-5748