
194 JUAN PÉREZ CARRANDI
Sardinia inter primum et secundum bellum Punicum ductu T. Manli
consulis, certum recepit imperi iugum109.
Cantabrum indoctum iuga ferre nostra110.
Los testimonios documentales de la Antigüedad permiten comprobar
que el paso bajo el yugo no se recoge en episodio alguno dotado de carácter
purificatorio. En nuestra opinión la explicación es más simple: se pretende
escenificar en el mayor grado posible la nueva situación de sometimiento111
de los derrotados, un objetivo que se ve dotado de mayores garantías a través
del acuerdo previo entre las partes, donde la fuerza contrincante vencida
ejecuta el paso bajo el yugo como la mejor rúbrica posible a su posterior
cumplimiento de lo dispuesto. Y si los romanos aplican el iugum como una
forma de mostrar su superioridad y dominio incontestable, cuando por el
contrario son estos quienes son sometidos, los enemigos tienden a emplear
el paso bajo el yugo y el preceptivo acuerdo previo como una garantía firme
que neutralice la grave amenaza romana. Conscientes de la importancia del
honor y la palabra entre los romanos, los vecinos y demás pueblos bajo los
que los romanos caen en ocasiones derrotados emplearán el yugo como el
sello a una paz entre dos pueblos, o al menos esa será la pretensión. Sería
absurdo pensar en el empleo del yugo como una forma de humillación misericordiosa,
pues todos los pueblos que van teniendo contacto con Roma
no tardan en entender que se encuentran ante un enemigo muy superior, por
lo que samnitas, volscos, tigurinos, numantinos o numidianos, entre muchos
otros que tuvieron oportunidad de eliminar ejércitos romanos luego de haberlos
derrotados, no darían tal paso por el miedo a una fuerza militar muy
superior que había tenido el valor de posicionarse en las propias puertas de
los hogares enemigos con contundencia y vocación de permanencia, por lo
que, si esta era destruida, detrás vendrían otras a conquistar, como así terminó
sucediendo, pueblo a pueblo, todo el mundo conocido.
109 Uell. Pat. II.38.3: “Cerdeña recibió el yugo ineludible de la sumisión entre la Primera y
la Segunda Guerra Púnica, por obra del cónsul T. Manlio”, (Trad. Mª Asunción Sánchez
Manzano, 2001).
110 Hor. carm. II.6.2: (…) el cántabro, que nuestro yugo a soportar no aprende”, (Trad. José
Luís Moralejo, 2007).
111 En este sentido, Hans-Friedrich Mueller sostiene que cuando un ejército victorioso pretendía
humillar al derrotado, establecía un arco o “yugo” para hacer pasar bajo este a
los vencidos. Además, la acción de inclinarse para ello suponía un signo adicional de
sumisión. Los romanos infligieron esta práctica a otros pueblos dentro de una fuerte
mentalidad de profundo desagrado al comportamiento irrespetuoso que no reconocía la
superioridad romana MUELLER, Hans-Friedrich, Caesar Selections from His Commentarii
De Bello Gallico, Illinois, Bolchazy-Carducci Publisheus, 2012, p. 41.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 194-196. ISSN: 0482-5748