20 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL
cambiar el curso de la batalla. No obstante, lograrían ralentizar la penetración
nacional durante casi dos semanas, a base de repetidos contraataques y
defender encarnizadamente algunas posiciones clave.
El día 29, el CE de Tagüeña retrocedía5, incapaz de soportar la presión,
y el V CE de Líster se veía obligado a cubrir un frente demasiado
largo para no dejar el camino expedito al enemigo. Ese mismo, día los dos
cuerpos de ejército de Modesto lanzaron el último contraataque coordinado
y lograron detener a los italianos, que amenazaban con alcanzar la carretera
de Tarragona por Borjas Blancas. Yagüe reaccionó lanzando a su 13ª División
–la famosa “Mano Negra” de Barrón- a través del Ebro, con lo que
varias unidades nacionales lograron cambiar el eje de ataque y amenazar
con envolver a Líster que, hasta ese momento, había logrado a duras penas
contener a los atacantes. Pero, ante la amenaza del cerco, el 3 de enero del
nuevo año 1939 las fuerzas republicanas comenzaron a ceder y los italianos
lograron la ruptura. El día 5 dominaban la carretera de Tarragona.
Mientras, en el Norte los nacionales tomaron Artesa del Segre, un importante
nudo de comunicaciones en el Pirineo. Como decíamos, el avance
por este sector había resultado mucho más lento y costoso, merced tanto
al difícil terreno como a la resistencia del XI CE gubernamental. Pero la
superior capacidad de maniobra de los sublevados logró dislocar la defensa
y amenazar, una vez más, con un envolvimiento, de tal forma que los defensores
acabaron cediendo. La primera línea defensiva republicana había
quedado arrollada y sus agotadas unidades intentaron reagruparse en la segunda
línea, aunque su mayor pérdida material había quedado limitada a la
26ª División. Rojo había empeñado a sus reservas con demasiada premura y
había optado por afrontar una batalla en campo abierto, confiado en su cierta
superioridad numérica, en vez de establecer una firme línea de contención
quizá más a retaguardia para aprovechar la ventaja de operar por líneas interiores
y estrechar el perímetro defensivo sobre su centro natural, la ciudad
de Barcelona. El Ejército del Ebro había resultado virtualmente destruido y
la maniobra envolvente nacional, ahora evidente, llevó a una nueva retirada
republicana.
El general Rojo, para aliviar esta avalancha, además de lanzar la ofensiva
sobre Extremadura y Andalucía que veremos luego, recurrió a medidas
desesperadas, como el envío de tropas por mar desde Valencia (demasiado
5 Ver el honesto e imprescindible Testimonio de dos guerras de Tagüeña Lacorte, Manuel;
Editorial Planeta, Barcelona, 2005. Hay ediciones anteriores en la colección “Espejo de
España” y en Oasis, México. El antiguo jefe de milicias de la República deja en esta obra
un reflejo detallado y veraz sobre estas operaciones y las de la anterior batalla del Ebro
de ineludible consulta.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 20-52. ISSN: 0482-5748