LA ARTILLERÍA JURAMENTADA EN LOS SITIOS BRITÁNICOS … 147
Figuras 3 y 4. Retratos del teniente general William Carr Beresford,
pintado por Charles Turner en 1815, y del mayor Alexander Dickson,
comandante de la artillería británica, pintado por Edme Quenedey,
apenas tres años más tarde de ser rendida la plaza
Con todo, la situación de los defensores pasó a ser crítica apenas una
semana más tarde, cuando el Ejército español fue completamente derrotado
por los franceses, que aprovecharon la intensa niebla que cubría el terreno
para sorprenderles en su mismo campamento, haciéndoles multitud de bajas
y tomando 4.346 prisioneros, entre ellos el brigadier Virués, comandante de
la II División, con su estado mayor al completo18. Mendizábal, junto a los
mariscales de campo Carlos de España y Martín de La Carrera, logró ponerse
a salvo en Portugal, mientras que el mariscal de campo Juan José García
consiguió entrar con 1.377 hombres en Badajoz, que quedó aislada completamente.
A partir de aquí, el gobernador Menacho multiplicó los trabajos
de defensa y las salidas para estorbar la zapa de aproximación del frente
amenazado, pues se tenían noticias de que un fuerte contingente británico
se aproximaba a levantar el cerco19. Acaudillada por Menacho, resuelto a
dejarse enterrar literalmente entre los muros de la ciudad antes que rendirla
18 Vid. Gazeta Extraordinaria de Sevilla, de 6 de marzo de 1811.
19 Cuando el 4 de marzo se hizo evidente que Masséna comenzaba a retirar las tropas
situadas frente a las líneas de Torres Vedras, Lord Wellington cedió al teniente general
William Carr Beresford la II y IV división, junto a las dos brigadas portuguesas de Hamilton,
para que marchara en auxilio de Badajoz. Pero el 9 de marzo recibió un falso
informe que le hizo creer que los franceses se concentraban para presentar combate
en Tomar y dictó una contraorden, por lo que no fue sino hasta el 14 de marzo cuando
Beresford pudo ponerse en marcha hacia Badajoz, ignorando que por entonces la plaza
había sido rendida. El lugar elegido para reagrupar las fuerzas anglolusas fue Portalegre,
situada a una jornada de distancia al norte de la capital de Extremadura, a la que llegaron
finalmente el 22 de marzo, debiendo modificar de nuevo sus planes. Oman, Charles: A
History of the Peninsular War. Clarendon Press, Oxford, 1911, Volumen IV, pp. 248-251.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 147-170. ISSN: 0482-5748