
LA VERTIENTE MILITAR DEL CARDENAL CISNEROS. UN FRAILE … 227
por el hecho de que esta armada no solamente fue concebida para consolidar
la situación estratégica de España en Argel sino que también se pretendía
aprovecharla para que durante aquel mismo invierno se conquistara la isla
de Djerba en donde previamente, en 1510, un contingente español al mando
de Pedro Navarro sufrió una importante derrota86.
Finalmente, no fue hasta el 29 de septiembre de 1516 cuando la flota
española, formada por un contingente de 8.000 hombres, partió sin incidencias
hacia la costa africana a la que llegaría un día más tarde. El desembarco
en la costa argelina de tropa y artillería se realizó sin ningún tipo de impedimento.
Tal y como se le había ordenado, la primera decisión de Vera fue
la de contactar con las autoridades locales para que sin violencia rindieran
la plaza. Sin embargo, los españoles no se ocuparon en organizar las tropas
desde un primer momento, circunstancia que fue aprovechada por Barbarroja
que, observando el desorden de las tropas comandadas por Vera, ordenó
el ataque masivo de sus soldados. Francisco López de Gómara describió
los sucesos de esta batalla señalando que los españoles, sorprendidos por
ese ataque inesperado, huyeron despavoridos sin concierto alguno. Por otra
parte, los desorganizados soldados estaban divididos en cuatro sectores, lo
que les hacía aún más vulnerables. La decisión de partir las tropas, a juicio
de Gómara, la tomó Vera porque pensaba que así cumplirían mejor con su
deber y de esa manera evitaría la codicia de botín de muchos soldados, dispuestos
a saquear la ciudad de Argel una vez conquistada87.
Las consecuencias del ataque turco fueron devastadoras, los combativos
guerreros de Barbarroja mataron a miles de españoles y prendieron a
1.500 que fueron hechos esclavos, de tal manera que tan solo 2.000 hombres
tuvieron la fortuna de regresar a la península ibérica88.
Debido a la descontrolada situación, Diego de Vera manifestó cierta
actitud de cobardía pensando tan solo en protegerse a sí mismo y a su hijo,
que formaba parte del contingente. Mientras los soldados turcos de Barbarroja
se ensañaban con las tropas españolas, el militar optó por refugiarse en
una cueva. Posteriormente, tras conseguir embarcar en una nave, Vera llegó
a España en donde tuvo que defenderse de graves acusaciones de negligencia
y cobardía.
Aunque en un principio parecía acertada la elección del cardenal Cisneros
situando a Diego de Vera en la dirección de la campaña militar, su
designación estuvo rodeada de cierta polémica pues desde un principio hubo
86 BRAUDEL, Fernand: op. cit., pág. 61.
87 LÓPEZ DE GÓMARA, Francisco: op. cit., pág. 54.
88 ARÁNTEGUI Y SANZ, José: op. cit., pág. 84.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 227-232. ISSN: 0482-5748