SUB IUGUM. HUMILLACIÓN, SOMETIMIENTO Y ESTRATEGIA … 181
Sin embargo, los romanos aceptarían el fin de los enfrentamientos solo tras
la suscripción de un pacto: los samnitas habrían de pasar bajo el yugo con
una sola prenda (et pacti qui Samnitium forent ut cum singulis uestimentis
emitterentur; ii omnes sub iugum missi)43. Una vez más el yugo nace fruto
de un pacto (pactus).
En el transcurso de la Tercera Guerra Samnita, en el 294 a.C. tenemos
ocasión de comprobar cómo el habitual pacto que tiene lugar con anterioridad
al paso bajo el yugo habría tenido una importancia crucial en este ritual
celebrado tras las derrotas. Siendo cónsul, Marco Atilio marcha a luchar con
la fuerza samnita que pretendía sitiar la ciudad aliada de Lucera y ambos
ejércitos entablan combate en campo abierto, sin que a la conclusión del
enfrentamiento puedan hablar los romanos de un resultado favorable. La noche
cae y los romanos tornan inquietos a su campamento44. Al alba el cónsul
Atilio, temeroso de resultar cercados en su emplazamiento por el enemigo,
realiza una enérgica arenga a la acongojada tropa comprometiendo su propia
vida antes de que tal extremo se diese45, un hecho que termina animando
levemente a sus hombres, pero no por mucho tiempo, pues al salir a combatir
se producirá un intento frustrado de fuga generalizada entre las tropas
romanas. Así todo, y casi de manera sorprendente, una vez recompuestos los
romanos conseguirán imponer sus armas a las samnitas apresando además
a más de siete mil enemigos46. A continuación, los vencidos son despojados
de sus ropas y pasados bajo el yugo (qui omnes nudi sub iugum missi)47.
Tras la victoria Marco Atilio solicita la celebración de un triunfo en
Roma, pero se le deniega debido al elevado número de bajas sufrido entre
las propias filas48 y, también, por haber pasado al enemigo bajo el yugo
sin ser ello resultado de un pacto previo de rendición (quod captiuos sine
pactione sub iugum misisset)49. El último motivo viene a confirmar al pacto
como un requisito previo sine qua non en el ceremonial sub iugum, así como
afianza la visión de la rendición como una ulterior garantía de sumisión voluntaria
al poder romano, lo que eleva el grado de humillación en la derrota.
43 Liu. IX.42.
44 Liu. X.35: itaque is terror in castris ortus, qui si pugnantes cepisset, insignis accepta
clades foret.
45 Liu. X.35: consulem M. Atilium uel solum, si nemo alius sequatur, iturum aduersus hostes
casarumque inter signa Samnitium potius quam circumuallari castra Romana uideat.
46 Liu. X.36: captiuorum numerus fuit septem milium octingentorum.
47 Liu. X.36.
48 Liu. X.36: et ob amissa tot milia militum.
49 Liu. X.36.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 181-196. ISSN: 0482-5748