152 JACINTO JESÚS MARABEL MATOS
batalla de La Albuera consiguió alejar a Soult de su propósito principal, que
no era otro que levantar el cerco de Badajoz, pero no alteró significativamente
la estrategia general del conflicto. Aunque al menos sirvió para que,
una vez frenado el avance del Ejército francés sobre la capital de Extremadura,
los británicos pudieran reanudar los trabajos de circunvalación con
los que se habían propuesto rendir la plaza30. Y en cuanto a esta cuestión, la
experiencia del primer cerco demostró que cualquier resultado satisfactorio
pasaba por otorgar un papel decisivo a la potencia de fuego. Porque a estas
alturas ya todos daban por hecho que el segundo sitio de Badajoz iba a ser
fundamentalmente un combate a librar entre dos cuerpos de artillería.
EL PAPEL DE LA ARTILLERÍA JURAMENTADA.
EL CORONEL CÉSAR GONZÁLEZ
Así se lo hizo ver a Wellington el mayor Dickson. El comandante de
las fuerzas británicas regresó a Elvas el 19 de mayo, advirtiendo de inmediato
la urgencia por conquistar Badajoz. Aunque acababa de infringir un
serio revés a Masséna en Fuentes de Oñoro, pronto tuvo noticias de que el
Ejército de Portugal, que continuaba operativo al mando de Marmont, se
había puesto en marcha hacia Extremadura en una maniobra envolvente con
el ejército de Soult, con el objetivo de desbloquear la plaza y copar a los
británicos encerrándolos en el valle del Guadiana31. Por esta razón, ordenó
que la III y VII División salieran de inmediato a reforzar el cerco, tomando
además las medidas oportunas para que fuera reunido un tren de sitio compuesto
de treinta cañones de 24 libras, ocho de 12, cuatro de 16, dos obuses
de 10 pulgadas y cuatro de 8, que serían servidas por seiscientos diez artilleros
portugueses32. Como se ve, estas eran el doble de piezas de las usadas
apenas unos días antes, porque el plan pasaba ahora por tomar la plaza en
unidireccional de la Historia. Vid., en este sentido, Sañudo Bayón, Juan José: La Albuera
1811 ¡Glorioso campo de sufrimiento! Almena, Madrid, 2006.
30 Aunque de inmediato ambos contendientes procuraron arrogarse el triunfo de la batalla
- son significativas en este sentido las ediciones extraordinarias de la Gazeta de la
Regencia, de 23 de mayo de 1811 y la Gazeta de Sevilla, de 5 de junio de 1811 -, lo
cierto es que la tregua vino impuesta por el ingente número de pérdidas que afectó por
igual a jefes, oficiales y soldados. Según Sañudo Bayón, los españoles tuvieron un total
de 1.461, mientras que por el otro lado Oman precisó un total de 4.159 bajas británicas,
además de otras 389 portuguesas y 5.936 francesas. Sañudo Bayón, Juan José: op.cit.,
pp. 85 y 86; Oman, Charles: op.cit., pp. 632- 635.
31 Oman Charles: op.cit., pág.407.
32 Jones, John Thomas: op.cit., pág. 39.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 152-170. ISSN: 0482-5748