no será posible garantizar, como antaño, la acumulación de
fuerzas y recursos durante muchos días, ya que la movilidad
se incrementará tanto para la ofensiva como para la defensa.
Además, el movimiento de fuerzas y recursos será cada vez
más vulnerable a las nuevas formas de ataque coordinado en
el dominio cognitivo (información) y virtual (ciberespacio) a través
del amplio espectro del conflicto. En consecuencia, una
fuerza en despliegue podría ser atacada en cualquier lugar a
lo largo de cualquier ruta, deteniendo efectivamente cualquier
proyección. En resumen, para el éxito de la movilidad militar es
fundamental la creación de corredores terrestres seguros por
los que deberán desplegarse las fuerzas para explotar sus capacidades
de combate, teniendo en consideración que el espacio
aéreo puede estar cerrado y el marítimo, comprometido.
Por eso, la movilidad militar rápida y eficaz actúa como un factor
de disuasión y defensa y un multiplicador de fuerzas por
derecho propio. La mejora de la movilidad militar permitirá
activar mejor los correspondientes planes de respuesta graduada
(GRP)2 de la OTAN, concretamente, la proyección de la
Fuerza Operativa Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF,
una fuerza conjunta del tamaño de una brigada de unos cinco
mil efectivos) y el resto de la Fuerza de Respuesta de la OTAN
(NRF)3.
EL FERROCARRIL EN LA MOVILIDAD MILITAR
Si bien no se menciona expresamente como tal este concepto
de movilidad militar, en el documento Fuerza 35 se identifican
las características de su visión, principalmente en la quinta de
sus ocho ideas principales, disponibilidad e interoperabilidad.
La disponibilidad de las fuerzas terrestres solo podrá ser creíble
si las infraestructuras y los sistemas que hacen posible la
movilidad son lo suficientemente robustos, la red está dotada
de suficiente redundancia y, sobre todo, se dispone de las infraestructuras
y las autorizaciones necesarias.
El ferrocarril es el medio de transporte terrestre más eficiente
en largas distancias para cargas grandes y voluminosas, como
los medios militares. Para ello, se dispone de una gran variedad
de plataformas, contenedores transportables y vagones
adecuados para casi cualquier tipo de carga. Un solo convoy
ferroviario puede transportar el equivalente a ochenta camiones.
Además, su capacidad de carga es elástica, ya que se pueden
añadir o quitar vagones y coches de viajeros con facilidad
y rapidez.
El tráfico ferroviario es organizado, seguro, uniforme y regular
por definición, con una velocidad de tránsito aceptable y constante,
siendo de alta fiabilidad porque no depende del tráfico
carretero y es el menos afectado por las malas condiciones
atmosféricas. Además, por todo ello puede realizarse un fácil
seguimiento, lo que permite que se adapte en el sistema
de planeamiento y programación de movimientos y transporte
de una fuerza operativa. Por último, hay que destacar su alta
seguridad y resiliencia (sobre la base de la redundancia de su
red), por lo que es más económico que otros medios de transporte
(principalmente, el carretero). Sin embargo, requiere de
una costosa infraestructura y la posibilidad de habilitar o crear
nuevas rutas precisa tiempo e inversión económica.
108 / Revista Ejército n.º 977 • septiembre 2022