![](./pubData/source/images/pages/page70.jpg)
ELOGIO Y GLOSA HISTÓRICA ACTUALIZADA
DEL MADRILEÑO
PALACIO DE BUENAVISTA
El Palacio de Buenavista fue mandado construir por el cardenal don Gaspar de Quiroga
sobre el año 1567. En estos cuatro siglos y medio de existencia, sus propietarios han
hecho en el inmueble reformas y transformaciones importantes. Desde 1816, en que
albergó los Museos Militares de Artillería e Ingenieros, y sobre todo desde 1847, en que
pasó a ser la sede del Ministerio de la Guerra, está unido a nuestro Ejército
Francisco Ángel Cañete Páez | Comandante de Infantería retirado | Profesor Mercantil
A MODO DE PRÓLOGO
Se cumple en este año 2022, por el
que, con mayor o menor fortuna, venimos
transitando, el 175.º Aniversario
del primer asentamiento de un
alto centro militar en el madrileño Palacio
de Buenavista. En efecto. Corría
el año 1847 y reinaba en España doña
Isabel II cuando, por su real disposición,
se ordenó que el Ministerio de
la Guerra, a la sazón regido por el general
don Manuel de Mazarredo, pasase
a ocupar su sede en el Palacio
de Buenavista. Pero no pensemos
que en ese año 1847, en que el palacio
se vinculó al Ejército, se acababa
de inaugurar, pues nada menos que
su construcción se había llevado a
efecto tres siglos antes, toda vez que
su origen se remonta a mediados del
siglo XVI, cuando se ubicaba en el lugar
conocido como el madrileño Altillo
de Buenavista, en el llamado valle
de las Anorias. Cuatro largos siglos
de existencia, de ellos 175 años indefectiblemente
70 / Revista Ejército n.º 977 • septiembre 2022
unido a nuestro
Ejército (unos años antes de 1847,
estuvieron situados en este palacio
los Museos de Artillería e Ingenieros,
pero de forma intermitente y por un
período de tiempo no muy largo), han
dado para un sinfín de anécdotas,
curiosidades, tragedias, cambios de
propiedad y hasta duelos de honor,
con algún fallecimiento entre sus
muros centenarios, como la muerte
del general Prim. Todos ellos, entrañables
retazos de nuestra historia,
son el objeto del presente artículo.
INTRODUCCIÓN
El origen de este palacio se remonta
hacia mediados del siglo xvi. Tuvo
su origen, como he reseñado en mi
prólogo, en el lugar conocido entonces
por el valle de las Anorias, donde
existía el Altillo de Buenavista,
cerca del sitio por donde años más
tarde hiciera pasar Felipe III la tapia
que circundó la entonces todavía
incipiente población madrileña.
En este pequeño altozano, sobre el
año 1567, levantó una gran edificación
el inquisidor general del reino
y cardenal arzobispo de Toledo don
Gaspar de Quiroga y Vela, perteneciente
a una de las familias de más
raigambre de Galicia. Con su agudeza
política, el rey Felipe II se convenció
de la importancia estatal que
podía tener el convertir la pequeña
villa de Madrid en capital de las
Españas; así pues, y por su real mandato,
hizo que se transformara en el
centro político de su dilatado imperio.
La población no poseía las mínimas
condiciones de habitabilidad
que requerían los altos mandatarios
de la burocracia real y el alcázar estaba
en tal situación de abandono
que, a instancias del rey, el cardenal
Quiroga se vio obligado a ceder