Amadeo I de España (Anónimo, vía Wikimedia Commons)
82 / Revista Ejército n.º 977 • septiembre 2022
La relación entre el Ejército español y
el ferrocarril ha dado provechosos frutos
durante sus ciento cincuenta años
de historia y, antes de comenzar con
el desarrollo de las distintas organizaciones
de las unidades militares de
ferrocarril, se hará un pequeño paréntesis
para mostrar algunos brillantes
ejemplos de sus aportaciones. Entre
estos, podemos hablar del desarrollo
del tren talgo1 por parte de Alejandro
Goicoechea Omar (1895-1984), quien
inició sus estudios técnicos en 1912
en la Escuela de Ingenieros del Ejército
de Guadalajara. Fue responsable
de la construcción del ramal ferroviario
de Cuatro Vientos a Leganés, y se
licenció en 1921 con el empleo de capitán.
Otro adelantado a su época fue
el teniente coronel Muñoz Aza, quien
ya en 1962 inventó una innovadora solución
para permitir la circulación de
nuestros trenes por Europa: desarrolló
un eje de ancho variable que permitía
el cambio del ancho de vía ibérico
(1668 mm) al estándar (1435 mm) y viceversa,
cuyo prototipo original está
actualmente depositado en el acuartelamiento
Sangenís (Zaragoza). Este
revolucionario diseño es el precursor
de los ejes de ancho variable que hoy
en día están siendo desarrollados por
un consorcio empresarial, junto con
Adif.
Podríamos seguir relacionando ejemplos
de brillantes militares que aportaron
sus ideas al ferrocarril, como el
diseño del puente metálico ferroviario
HG (Hernández-Núñez Grande) o el incomparable
sistema de muelle testero
transportable (TRANSFER), único en
el mundo, que ofrece la posibilidad de
embarcar y desembarcar en cualquier
lugar sin necesidad de muelles.
LA ORGANIZACIÓN DE LAS
UNIDADES DE FERROCARRILES
EN EL EJÉRCITO ESPAÑOL
Para conocer la implantación del ferrocarril
en el Reino de España, nos tenemos
que retrotraer al 19 de noviembre
de 1837, durante la regencia de María
Cristina de Borbón, cuando se construyó
la primera vía férrea española
(y séptima línea del mundo) desde La
Habana a Güines, adelantándose casi
once años a la primera línea ferroviaria
abierta en la España peninsular.
Locomotora del ferrocarril de La Habana a Güines (Cuba) (1837) La obra tuvo al norteamericano Alfred