Móstar. 1994. Foto: J. M. Ortega
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Todavía hoy, al pasear por la ciudad de Sarajevo, se pueden
ver marcas que la guerra ha dejado en diversos edificios.
Unas marcas que parecen heridas que no acaban
de cerrarse, lo cual puede compararse a la situación que
se vive en el país. Una cruenta guerra que vivió Bosnia y
Herzegovina y de la que muchos militares españoles fuimos
testigos.
Hoy, treinta años después de que el primer contingente
español llegara a estas tierras a intentar poner su granito
de arena para frenar un inevitable conflicto, intento hacer
una comparación de lo vivido en aquellos lejanos años y
la experiencia de formar parte de la presencia española
dentro de una fuerza internacional, liderada en este caso
por la Unión Europea (UE).