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que, entre otros, los ejércitos de la
OTAN, el EPL de China, las Fuerzas
de Autodefensa de Japón y el
Ejército de Corea del Sur los adoptarán
para 2030.
— Internet satelital. Según el New
York Times, los helicópteros ucranianos
que volaban en misiones
peligrosas sobre Mariúpol, no iban
cargados con armas anticarro sino
con un receptor de Internet satelital
SpaceX Starlink. Esto sirvió
como salvavidas para las fuerzas
militares y civiles atrapadas en la
acería sitiada de Azovstal. El receptor,
conectado directamente a
los satélites, permitía a los usuarios
eludir el servicio de telefonía
celular e Internet fijo dañado por
los combates. Un impulso moral
para los civiles y un respaldo
para las comunicaciones militares
ucranianas. Space X, con sus
miles de satélites de retransmisión,
ha creado una red menos
segura, pero más resistente. Si
bien Starlink puede no ser lo suficientemente
seguro para manejar
comunicaciones militares, es casi
seguro que inspirará una versión
militar en el futuro. Esa versión
combinará la seguridad de los satélites
militares existentes con la
cobertura Starlink, permitiéndole
sobrevivir a la pérdida de docenas
de satélites por la acción enemiga.
5 Weapons You’ll See on the
Battlefield of the Future,
Influenced by Russia’s War in
Ukraine por Kyle Mizokami en
www.popularmechanics.com
PAÑO
TRANQUILIZADOR
Lo de tranquilizador es porque destruye
los agentes nerviosos mortales en
cuestión de minutos. Y lo de paño es
porque se trata de un tejido para la fabricación
de uniformes que puedan descomponer
rápidamente sustancias tóxicas,
protegiendo a los soldados de las
armas químicas. Y es en esto en lo que
están trabajando los químicos en colaboración
con el Ejército de los EE. UU.
Los científicos de la Universidad Northwestern
están bregando en un proyecto
artesanal e inusual. Mezclan polvos y líquidos
hasta obtener una consistencia
similar a la pintura, sumergen muestras
de tela de algodón en el líquido y luego
dejan secar la tela. A través de este proceso,
están creando tejidos que pueden
neutralizar rápidamente algunos de los
venenos más letales conocidos por la
humanidad: los agentes nerviosos.
Los tejidos a los que nos estamos refiriendo
son el último desarrollo de
un esfuerzo de 10 años con la idea
de conseguir uniformes militares que
protejan mejor a los usuarios contra
las armas químicas. La tela destruye
específicamente los agentes nerviosos
VX y soman o GD, que es un pariente
más tóxico del sarín. Estos químicos
interrumpen el sistema nervioso
central humano, esencialmente impidiendo
que las células del cuerpo se
comuniquen entre sí. También pueden
matar sin necesidad de ser ingeridos.
En 2017, por ejemplo, Kim Jong-nam,
hermanastro del dictador coreano
Kim Jong-un, fue asesinado en el aeropuerto
de Kuala Lumpur por dos mujeres
que, supuestamente, le untaron
VX en la cara. Kim murió dentro de las
dos horas posteriores a la exposición.
Actualmente, los soldados estadounidenses
tienen uniformes que absorben
los agentes nerviosos, pero
no los destruyen. El objetivo es conseguir
un uniforme que pueda hacer
ambas cosas. También se está trabajando
en telas similares que neutralizan
el gas mostaza, arma química que
no siendo un agente nervioso puede
quemar gravemente la piel, los ojos y
las vías respiratorias. Esta tecnología
antimostaza se ha incorporado ya en
prototipos de máscaras antigás.
La descomposición de los agentes
nerviosos se logra por la actuación de
determinadas moléculas que recogen
agua del aire ambiente y, con ayuda de
un catalizador, aceleran el proceso de
degradación. Por tanto, siempre que
la tela se use en un lugar donde el nivel
de humedad sea de al menos un
30 por ciento, puede acumular suficiente
agua para descomponer los
agentes nerviosos en cuestión de minutos.
Las telas se han mostrado eficaces
en condiciones realistas, como
por ejemplo ensuciándolas con diésel
y sudor artificial. Estos contaminantes
no redujeron significativamente su
rendimiento. De hecho, la tela sudada
funcionó mejor que la tela limpia, probablemente
debido al exceso de agua.
Proyectos como el de la Universidad
de Northwestern han sentado la mayor
parte de la base científica necesaria
para hacer estos uniformes. Ahora,
los investigadores han de profundizar
en los diseños, realizar más pruebas y
descubrir cómo aumentar la producción.
También se ha de comprobar que
el tejido funcione como prenda de vestir,
es decir, que responda a preguntas
como si el revestimiento se desprende
o no o si la tela es transpirable o no. Es
posible que estos uniformes químicamente
sofisticados puedan estar disponibles
en pocos años. Lo esperamos.
This Cloth Destroys Deadly
Nerve Agents in Minutes por
Sophia Chen en www.wired.com
Ricardo Illán Romero
Teniente coronel de Infantería
Vehículo de combate de infantería Stryker