TEMAS GENERALES
entró una bala, un herido de mucha gravedad…» (10). Por otra parte, el
personal de la Armada que en la Isla de León se consideraba fiel a la figura
del rey fue obligado a abandonarla en condiciones muy precarias, de tal
modo que Villavicencio elevó informe en donde se decía que:
«… el día anterior fueron expulsados de la Isla un crecido número de
oficiales de todas clases de la Armada, del Cuerpo Político de ella y de otros
más auxiliares, los cuales se les presentaron después de haber sido preciados a
marchar a pie el camino de Puerto Real, sin equipaje, y algunos con sus muje-res
e hijos; que la triste situación de tanto anciano y benemérito oficial que se
encuentran sin domicilio y recursos le impele a suplicar a S. M. que condolido
a la amarga suerte de estos vasallos fieles y leales, se digne mandar que con la
urgencia que exige tal estado, se libren caudales al Departamento cuya Tesore-ría
se halla exhausta…» (11).
Se fueron teniendo noticias durante el mes de febrero desde San Fernando,
como la que decía que «el 16 se hallaba Riego en Málaga, donde había sido
recibido con general aclamación, y que pronto lo esperaban de regreso con
una División de ocho mil hombres» (12). Posteriormente, ya el 2 de marzo, el
brigadier Butrón diría:
«Aunque hoy no he tenido noticias exactas del paradero del rebelde Riego,
como supongo que aún se mantiene en estas inmediaciones, he tomado para
esta noche las mismas providencias de precaución que para la anterior, situan-do
una división de botes armados en Puerto Real y otra de cañoneros lo más
cerca posible de la Punta de la Clica, aunque fuera del tiro de las baterías
enemigas. También he ordenado al bergantín-goleta Mágica que permanezca
en el placer de Rota, para lo que pueda ocurrir.»
Parecía que la Escuadra iba haciendo una eficaz labor, de tal manera que el
propio Antonio Alcalá Galiano explicaba que «tal era la situación de las cosas
y bien podía ser considerado el Ejército de San Fernando como perdido, cuan-do
comenzaron a circular por Cádiz rumores que daban por noticia haber sido
proclamada la Constitución en puntos de España» (13).
Algo estaba cambiando en general; sin embargo, en la bahía de Cádiz
aparentemente no era así, de tal manera que el día 8 de marzo Villavicencio
(10) Ibídem. «Informe de Francisco Mourelle fechado el 9 de febrero de 1820».
(11) Ibídem. «Informe de Villavicencio fechado el 5 de febrero de 1820».
(12) Ibídem, n.º 92. «Informe de Villavicencio fechado el 22 de febrero de 1820».
(13) ALCALÁ GALIANO, Antonio: Recuerdos de un anciano, 1805-1834. Madrid, 1890, p. 296.
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