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Sello de correos de una serie emitida por España en
1965 con escudos de las capitales de provincias
españolas. Corresponde a Santander y representa a
la Torre del Oro y un barco rompiendo la cadena
que cierra el río
Fue muy dañada por el terremoto de
Lisboa de 1755, y quedó en tan mal estado
que, de nuevo, estuvo a punto de ser derriba-da
para ampliar el paseo de coches a caballo.
Afortunadamente, la salvó el pueblo sevillano
que se opuso a su demolición. Pasó por unas
importantes obras de restauración y consoli-dación
a cargo del ingeniero militar Sebastián
Van der Borcht, que finalizaron en el año
1760, en las que se macizó su parte inferior,
con lo que desapareció el sótano, se dejó
como puerta de entrada la de acceso a la anti-gua
muralla y, en la parte superior, recibió un
nuevo cuerpo de planta circular. En el siglo
XIX fue almacén de pólvora, más adelante fue
utilizada como almacén de herramientas. Y
andando el tiempo pasó a ser Capitanía de
Puerto dependiente de la Armada.
Durante su vida se ha visto afectada por
algunas grandes riadas, como una del siglo
XVI, recordada en un sello emitido el 12 de
octubre de 1983, con un grabado tomado de
la obra «Riadas del Guadalquivir» de Fran-cisco
Palomo, con el pie «Sevilla, Puerto con
las Indias. S. XVI». Otra gran riada de 1856
causó a la torre muchos desperfectos, por lo
que tuvo que ser desalojada y restaurada de
nuevo. Volvió a ser sede de la Capitanía de
Puerto en 1860. Y en el 1866 estuvo a punto
de ser vendida en pública subasta, que fue
suspendida por una orden del 17 de marzo de
dicho año.
Vista de Sevilla como Puerto de las Indias, en un
sello emitido por España el 12 de octubre de 1983.
Reproduce el cuadro Riadas del Guadalquivir de
Francisco Palomo
Durante la Revolución «Gloriosa» de
1868, que destronó a Isabel II, los revolucio-narios
demolieron parte de la muralla de
Sevilla para utilizar sus piedras en otras cons-trucciones,
y quisieron hacer lo mismo con la
Torre del Oro que, de nuevo, fue salvada por
los ciudadanos.
El 7 de enero de 1870 se firmó la cesión
de la Torre a la Armada que, desde enton ces,
ha corrido con los gastos de su mantenimien-to
y conservación. Pasó por otra restauración
en el 1900. Alfonso XIII la visitó en abril de
1923. Fue declarada monumento histórico-artístico
el 3 de junio de 1931. En 1933, la
Capitanía de Puerto se trasladó a uno de los
pabellones de la Exposición de 1929, con el
nombre de Comandancia de Marina. La Torre
continuó en manos de la Armada.
En 1936 se dispuso que fuera Museo
Marítimo. Las obras de rehabilitación y
adecuación comenzaron en septiembre de
LA MAR EN LA FILATELIA
394 Marzo