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TORPEDO: U-235
(Torpedo, Sven Huybrechts, 2019)
Como si quisiéramos escapar de la
complicada realidad que nos aguarda en la
superficie, con una pandemia que no parece
tener fin, nos refugiamos debajo del agua
para comentar las producciones con la mar de
fondo que, con cuentagotas, se van estrenan-do.
Porque, curiosamente, la mayoría han
sido rodadas en el fondo del océano, como se
puede comprobar si se repasa las últimas
entregas de esta sección.
Destinadas a los cines, muchas de estas
películas se han tenido que visionar en la
pequeña pantalla debido a las dificultades en
la distribución y exhibición. Es el caso de la
cinta belga Torpedo: U-235, el debut en el
largometraje del también guionista Sven
Huybrechts. Estrenada en Bélgica en las salas
de cine en octubre de 2019, solo se ha podido
ver en España en una plataforma televisiva a
partir de diciembre de 2020. Tampoco es que
se hayan perdido demasiado como ahora
veremos.
El filme de Huybrechts narra el increíble
viaje del submarino alemán U-235 desde el
Congo Belga hasta Estados Unidos para
llevar un valioso cargamento de uranio desti-nado
a fabricar la bomba atómica —nótese la
irrisoria coincidencia entre el nombre del
submarino y el del uranio enriquecido usado
en Hiroshima—. El sumergible es un U-Boot
incautado a los germanos por los aliados,
cuya dotación está compuesta por un grupo
de la resistencia belga bajo las órdenes del
comandante alemán, en teoría, ahora del lado
aliado.
Al conflicto en el interior de la nave entre
el líder belga Stan (Koen De Bouw, una espe-cie
de Schwarzenegger a la europea) y el
comandante alemán, se añaden los problemas
causados por los nazis por tierra, mar y aire, y
los propios debidos a la inutilidad de una
tripulación que nunca ha manejado un
submarino. Premisa bastante atractiva, la de
una dotación resignada a que un oficial
enemigo sea el que les conduzca a lugar
seguro, algo que desarrolló a la perfección
Alfred Hitchcock en Náufragos (Lifeboat,
1944), pero que en Torpedo: U-235 se hunde,
como el propio barco, hacía el profundo abis-mo
de las películas para olvidar.
En primer lugar, porque la larga introduc-ción,
hasta que el U-boat se hace a la mar, no
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