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TEMAS PROFESIONALES
posibilidades para la agenda estrictamente turca. Lo que propone Davutoğlu
es que Turquía deje de ser lo que había sido en la Guerra Fría (un «Estado-frontera
» entre el mundo occidental —algo favorecido por la lógica subyacen-te
al propio kemalismo— y el mundo soviético) o lo que estaba siendo desde
entonces, un tanto inercialmente (un «Estado-puente» entre Occidente y
Oriente). Frente a esas miradas, limitadas, propone que Turquía se prepare
para ser un «actor glogal» (Davutoğlu, 2008: 78). Con ello, acepta el reto
propuesto por Brzezinski en su libro El gran tablero mundial (1997) y enfati-za
la conveniencia de hacer sentir el peso turco, «con urgencia», en África,
proyectándose desde el Mediterráneo Oriental (algo que conecta a pies junti-llas
con el viejo Imperio otomano) sin perjuicio de incrementar la proactivi-dad
en los demás escenarios ya comentados (Oriente Medio, Cáucaso, Balca-nes
y Asia Central).
Esos objetivos deberían alcanzarse mediante una estrategia basada en
cinco puntos: una diplomacia rítmica, que haría de Turquía un Estado capaz
de arbitrar en las disputas de terceros (v. gr. Afganistán); una política exterior
multidimensional para mantener buenas relaciones con los Estados Unidos y
la OTAN… pero también con Rusia; una política más activa en el mundo
árabe —incluyendo a Irak (2), aunque evitando tomar partido en las disputas
religiosas al uso, incluso en el conflicto suní-chií—; una política que tienda
puentes en el vecindario, especialmente en el Cáucaso (zero-problem policy),
para fomentar el comercio turco (de lo que son un buen ejemplo las buenas
relaciones con Georgia), y el fomento de cierto soft-power basado en la defen-sa
de la democracia. Realmente, parece que el espíritu de Davutoğlu ha inspira-do
muchas de las acciones de Turquía en los últimos 15 años: el establecimiento
de bases turcas en el extranjero, destacando la de Catar (3); la intervención en la
guerra de Siria; la buena relación con Rusia (4); el apoyo dado a Azerbaiyán o
la promoción de las tradiciones turcas en las exrepúblicas soviéticas de Asia
Central (5); el sesgo crecientemente propalestino, incluyendo el apoyo dado a
Hamás, además del rol cada vez más activo en el conflicto afgano. La expan-sión
por el Mediterráneo y más allá también forma parte del proyecto, pero,
dado su enorme peso específico, lo comentaré en el siguiente epígrafe.
(2) No es ajeno al tema garantizar la protección del oleoducto Kirkuk-Ceyhan, de casi
1.000 km de recorrido, continuamente asaltado por insurgentes kurdos.
(3) Lo cual ha levantado ampollas en Arabia Saudí porque, además de su conocida mala
relación con Catar, contiene demasiados resabios otomanos, lo que constituye un mal recuerdo
y un peor presagio para el gobierno de Riad.
(4) A pesar, precisamente, de algún encontronazo sonado en suelo (y en los cielos) sirio,
incluyendo el derribo de un Su-24 por un F-16 turco en noviembre de 2015.
(5) Sobre todo a través de ONG e instituciones culturales, incluyendo diversas fundacio-nes.
Así, en palabras del propio Davutoğlu (2008: 84): Turkish civil society organizations form
an integral part of the bigger picture defined as foreign policy. All of these elements have beco-me
part of Turkey’s new international vision.
318 Marzo