![](./pubData/source/images/pages/page170.jpg)
en las proximidades de Tiro y de Sidón,
ciudades musulmanas todas ellas. Las vícti-mas
fueron degolladas o vendidas como
esclavos. (Runciman, S.: Historia de las
cruzadas, t. 2, p. 89).
Dos naves de la flota en que Ricardo
Corazón de León (1191) se dirigía a Tiro,
para participar en la 3.ª cruzada, naufragaron
en Chipre y sus bienes fueron confiscados.
(Runciman, S.: Historia de las cruzadas, t. 3,
p. 54).
En 1469 una galeota y un bergantín
mallorquines naufragaron a la altura de Arles
y hubo una disputa entre la ciudad y un tal J.
Mayran, sobre la propiedad de los 96 tripu-lantes.
De todos modos, un año después, los
náufragos fueron puestos en libertad a
cambio del pago de 479 florines de oro de
Aragón. (La galeota d’Arle, pp. 11 y ss.).
El último hecho de este tipo ocurrió con
la varada del velero norteamericano Commer-ce
a la altura del cabo Bojador, en 1815, sien-do
todos los tripulantes convertidos en escla-vos,
aunque fueron liberados en 1816, a
cambio de un fuerte rescate, según relata su
capitán James Riley en la obra Authentic
Narrative of the Loss of the American Brig
Commerce publicada en 1817. Curiosamente,
en 2001 hubo una segunda edición de esta
obra, con título distinto: Sufferings in Africa.
Afortunadamente, todo esto es historia.
Hoy en día, los progresos técnicos han hecho
que los naufragios sean casi inexistentes,
aunque la prensa actual alude con cierta
frecuencia el apresamiento de algún barco en
el Índico, a la salida del mar Rojo, el cual es
liberado a cambio de un buen rescate. Sin
embargo, los hechos de este tipo son cada vez
más raros, dada la existencia de naves de
guerra que patrullan aquellas aguas.
25.329. —Navata
Voz que se da en Ara-gón
a la maderada o
balsa de troncos de ár-bol,
conocida en Cataluña como rai, en Nava-rra
almadía y en algunos lugares armadía o
nabata (sic), cuya madera era usada en cons-trucción,
que puesta a flote se hacía descen-der
por el río hasta el lugar de destino. Los
ríos más usados para este menester eran el
Ebro, Guadalquivir, Júcar, Segura, Tajo y
Turia, y en muchos casos en sus afluentes.
MISCELÁNEAS
Gancheros. (Foto: www.wikipedia.org)
La balsa era conducida por los llamados
gancheros, conocidos como navateros en
Aragón y raiers en Cataluña, usando unos
bicheros o largas perchas de madera que
apoyaban en el fondo para sortear los obstá-culos
y evitar que, al principio, antes de
formar la balsa, los troncos se enredaran con
las orillas o entre sí formando una presa que
paralizara su recorrido. Al parecer el proceso
se inició en el siglo XVI y estuvo en activo
hasta mediados del siglo XX.
En el caso concreto de la provincia de
Huesca, los troncos procedían de los valles de
Sobrarbe y descendían por el Cinca hasta
Laspuña, donde normalmente se formaban las
balsas.
Hoy en día se conserva la tradición en
muchos pueblos de la zona pirenaica, a base
de celebrar una fiesta donde figura como
protagonista la conducción de una navata,
bien adornada, hecha con ese propósito,
como ocurre en Ainsa, Burgui, Coll de
Nargó, El Pont de Claverol, y Laspuña, entre
otros, en algunos de los cuales hay también
2022 389