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TEMAS PROFESIONALES
curso, la traslación a la actualidad de esas glorias es bastante terrenal (suele
suceder) y está directamente relacionada con la modernización de la economía
turca y con el bienestar de sus más de 80 millones de habitantes. En esencia:
búsqueda de nuevos mercados para sus productos y posicionamiento como un
actor clave en las rutas de los hidrocarburos.
Para alcanzar esos objetivos, se superponen tres discursos, cada cual referi-do
a un aspecto de esa narrativa: el «neo-otomanismo», popularizado por
Turgut Özal, se refiere a un planteamiento esencialmente ideológico, constitu-yendo
por ello el substrato de todo lo demás al proporcionar una narrativa
adecuada al caso; la teoría de la «Profundidad Estratégica» (Stratejik Derin-lik),
propuesta por Ahmet Davutoğlu, provee al conjunto de un razonamiento
geográfico y geopolítico; por último, la más reciente hipótesis del Blue Home-land,
avalada por Cem Gürdeniz, dota al conjunto de una perspectiva econó-mica,
pero también militar. Como quiera que se trata de aproximaciones dife-rentes,
aunque complementarias, expondremos sus líneas maestras por
separado.
El neo-otomanismo
La defensa de una lógica más otomana que turca remite, casi por inercia, a
una reinterpretación crítica del kemalismo. No en vano, el movimiento lidera-do
por Kemal Atatürk se erigió sobre las ruinas del Imperio otomano e hizo de
la necesidad virtud. De hecho, la nueva República turca (1923-…) nace con la
mirada puesta en seguir un modelo que relega al islam a la vida privada de
la gente, excluyendo la religión del sistema educativo, prohibiendo el turbante
y el velo islámicos e incluso las peregrinaciones a La Meca (Devrim, 2006:
112) (1). Todo ello mientras los hombres de Atatürk se aferraban a lógicas de
corte racionalista e ilustrado, más propias de Occidente. Tanto es así que
Huntington propuso a Turquía como uno de los ejemplos más acabados de
Estado «desgarrado» (Huntington, 1997: 170-171), es decir, de Estado que
quiere cambiar de civilización, renegando de la que le corresponde. Pero ese
tipo de jugadas… suelen salir mal.
El neo-otomanismo es la respuesta a ese modelo ante su agotamiento.
Cabe rastrear sus orígenes hasta la época de Turgut Özal, en los años 80 del
siglo XX. La pretensión de este primer ministro y presidente turco fue termi-nar
con el lastre del kemalismo a todos los niveles. En el económico, favore-ciendo
la liberalización de la riqueza turca. En el sociopolítico, dejando de
cuestionar al islam, e incluso restaurando su peso, dentro del país, y como
(1) Cuando menos en la fase más dura del kemalismo, que se prolonga desde los inicios del
régimen hasta principios de los años 50.
316 Marzo