Como vemos, Felipe II
450 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE LEPANTO
quería que Requesens no fuera
solo el segundo de su hermano
para suplirle en su ausencia o
enfermedad, que eran las atri-buciones
propias del cargo,
sino que le otorgaba facultades
de consejero y tutor. Pero
llegados a este punto, el lector
neófito se preguntará quién
era Requesens y cómo era
posible que Felipe II confiara
tanto en él.
Nacido en Barcelona en
fecha indeterminada durante la
segunda década del siglo XVI (7),
sus padres fueron Estefanía de
Requesens y Juan de Zúñiga
y Avellaneda, comendador
mayor de Castilla de la Orden
de Santiago, mayordomo ma-yor
de Carlos I y ayo y maes-tro
de Felipe II en su niñez y
adolescencia. De ahí que Luis,
como vástago de aquel, com-partiera
«pupitre» con el futu-ro
Francisco Jover y Casanova. Retrato de Luis de
Requesens y Zúñiga. (Museo Nacional del Prado)
rey, de donde le vino la confianza total que el monarca depositaba en él.
Lo primero que puede llamar la atención es el hecho de que sus apellidos
estuvieran invertidos. Recordar aquí que en el ámbito familiar se decidió que
llevara primero el materno con el fin de preservarlo en recuerdo a los servi-cios
realizados por sus antepasados en la Marina catalana contra los piratas.
Desde muy joven nuestro protagonista combatió por mar a los berberiscos,
acudiendo en diversas ocasiones al socorro de distintas plazas del litoral cata-lán.
En premio a sus meritorios servicios y a su «inteligencia despejada y su
tacto exquisito», Felipe II decidió designarlo en 1564 embajador en Roma (8),
donde realizó su labor a su plena satisfacción. Más tarde fue nombrado capi-
(7) Algunos historiadores señalan que fue en el año 1528.
(8) Sustituyó a Francisco de Vargas y, como hecho curioso, reseñar que cuando fue a
entregar sus credenciales al papa (Pío IV) en la primera audiencia que tuvo con él, este se pasó
todo el encuentro censurando la embajada de su predecesor. También, poco tiempo después,
fue llamado a consultas a España, como protesta por el trato protocolario recibido por el emba-jador
galo, regresando a Roma en agosto de 1565 una vez resuelto el affaire.
302 Agosto-septiembre