de este artículo os veáis obligados a tomar decisiones difíciles. Y en momen-tos
de duda —como sabe quien los ha vivido y como mejor que nadie sabía
Álvaro de Bazán— es reconfortante dejarse abrazar por personas de autoridad
«y de gloria», si no por el propio marqués, sí por su recuerdo, que todavía nos
ofrece el doble servicio que prestan los héroes a los pueblos que no olvidan su
historia: estímulo y consejo. Está en nuestra mano aceptar el estímulo que
Álvaro de Bazán nos dio con su ejemplo, esa verdadera «poción mágica»
capaz —como él mismo escribió para justificar su deseo de darle a una galera
el nombre de Carlos V— de «levantar nuestro ánimo y forzarnos a grandes
cosas». Está también en nuestra mano aceptar que nos ilumine con su consejo.
Después de todo, no es difícil imaginar lo que él diría si, una vez más, fuera
llamado a dar su parecer: «En las empresas, después de que se han pesado
bien las circunstancias, siempre hay que dejar algo a la fortuna».
Si los héroes están para inspirarnos, para enseñarnos el camino, no está de
más que, tanto en las raras horas de la hazaña como en las más frecuentes de
la obediencia, los marinos de hoy tratemos de estar a la altura del mismísimo
Juan de Austria, diciéndonos a nosotros mismos: «Adelante. Sigamos el pare-cer
del señor marqués».
450 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE LEPANTO
2021 323