450 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE LEPANTO
la guerra. Del lado cristiano, los famosos tercios de diferente procedencia.
Venecia aportó uno de sus más originales proyectos, la galeaza, una galera de
grandes dimensiones, dotada de un mayor número de piezas de artillería,
mucho más potentes en su alcance y con cañones móviles situados en las
bandas. Con éxito en Lepanto, sin embargo, tras la batalla, este prototipo
náutico dejó de utilizarse en los grandes combates navales, al ser muy
compleja su maniobrabilidad y tener que recurrir con frecuencia al remolque
para ser desplazadas.
Las razones de la coalición: los Estados «implicados»
En la creación de la Santa Liga hubo motivaciones políticas, pero también
religiosas y económicas. Ya hemos referido que la amenaza turca fue una
constante y que los intereses comerciales europeos se vieron vulnerados con
la decidida presencia otomana en el Mediterráneo. Pues bien, echemos un
rápido vistazo a la historia de los Estados que intervinieron en la coalición o
Santa Liga desde 1570 para poder entender sus motivaciones, justificaciones
y, por qué no, sus pretensiones.
Venecia era ya a comienzos del siglo XII una gran potencia mediterránea
desde la perspectiva económica, militar y política, de manera que ofrecía sus
valores como estado marítimo al Imperio bizantino, obteniendo por ellos
destacadas prerrogativas en Estambul, por entonces el mayor centro comercial
de Europa. A tal objeto, utilizaba una mezcla de aguda habilidad y garantías
comerciales, una diplomacia efectiva e inteligente que convirtió a los venecia-nos
en los señores de los intercambios europeos con el Oriente Medio. Quizá
ese fue su principal éxito, anteponer sus intereses mercantiles a los religiosos y
militares, obteniendo de ese modo muchas ventajas y considerables riquezas.
En el siglo siguiente, Venecia destacó con su Armada en la cuarta cruzada
y logró la anexión de Creta y Eubea, extendiendo aún más su presencia
comercial con bases en el mar Negro y con ello alcanzando los preciosos
productos de la ruta de la seda desde China. Y en la primera mitad del siglo XV
también buscó su expansión por la península italiana ante la intimidación de
Milán, convirtiéndose el mar Adriático en «aguas venecianas», desde Corfú
hasta el delta del río Po, pasando por varias islas del mar Egeo y cuantiosas
comarcas en Albania, consiguiendo también las flotas venecianas el litoral
sirio. La República contó con las primeras entidades financieras de la Europa
de entonces y sus letras de cambio sirvieron de vehículo económico desde
Inglaterra hasta Egipto. Venecia, su capital, se convirtió en el centro del
comercio mundial y el mayor puerto del orbe conocido, con 200.000 habitan-tes,
la segunda ciudad más populosa de Europa, por detrás de París.
Sin embargo, la conquista turca de Constantinopla en 1453, señaló el
comienzo de sus complicaciones financieras y políticas y el inicio de su decli-
2021 263