La Escuela Nacional de Aeronáutica
1974-1992
Rafael de Madariaga Fernández
Miembro de Número del CASHYCEA
José Romero Magarzo
Coronel del EA (Retirado)
Antecedentes
La primitiva designación de una escuela para pilotos civi-les
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en España nos retrotrae a las fechas del Centenario
de la Aviación Militar española aunque el experimento
fue poco duradero y no excesivamente feliz. Tan pronto co-mo
en el año 1912, siguiente al que se ha considerado como
el del nacimiento de la Aviación Militar Española —celebran-do
su centenario el año 2011— ya se pensó en la creación
de una escuela en que pudieran los civiles recibir sus títulos
de pilotos, a la vista del monopolio que significaba la única
escuela existente que era militar o la posibilidad, tan onero-sa,
de acudir al extranjero para efectuar allí el curso de piloto.
«En 1912 se incorporan los primeros aviones y se crea la
Escuela Civil de Getafe, luego confirmada como ENA, Escuela
Nacional de Aviación que a pesar de los intervalos de inacti-vidad,
dura hasta 1917. Así pues la primera ENA se creó por
R.D. de 3 de enero de 1913, según la Gaceta de Madrid de 4
de enero. Debido a su poca actividad, por escasez de medios
y de alumnos, fue reinaugurada el 19 de diciembre de 1915
por el rey Alfonso XIII y con el impulso de su nuevo director Al-fredo
Kindelán, en 1916 la Escuela Nacional de Aviación con-vocó
un nuevo curso en el que se matricularon apenas media
docena de alumnos. Contaba la escuela en esos momentos
con cuatro aviones Deperdussin y otros dos monoplanos pro-yectados
y construidos
respectivamente por los pilotos Hera-clio
Alfaro y Salvador Hedilla».
«Unos meses antes, el consistorio de Getafe había ofrecido
al Ministerio de Fomento los terrenos para la instalación en
ellos de un aeródromo, siendo Luis Montesinos Espartero,
marqués de Morella, el que finalmente en junio de 1913 se
hiciese cargo de la dehesa para la instalación en ella de la
Escuela Nacional de Aviación. La aviación civil iniciaba así su
andadura oficial en Getafe con la creación de la mencionada
Escuela Nacional de Aviación integrada en el Ministerio de
Fomento1».
Creación de la escuela en 1974: necesidades,
decretos y justificación
Introducción
La polémica entre la formación aeronáutica militar y civil de
cara a la contratación de pilotos para la noble ocupación
de Piloto de Transporte de Línea Aérea nunca ha cesado
en nuestro País, al igual que en las demás naciones euro-peas
de la comunidad occidental y en los Estados Unidos
de Norteamérica. Año tras año se han publicado artículos,
estadísticas sociológicas y cifras de contratación sobre esa
transferencia del campo militar aeronáutico a la vida civil,
que todos los países han tratado de atajar con distintas ini-ciativas,
a veces muy originales.
Siempre se habla de la divergencia paulatina de las dos
ocupaciones aviatorias que cada día parecen apartarse más
en el aspecto técnico, pero el hecho real es que se siguen
produciendo transferencias entre los dos campos, a veces
dando lugar a ásperos debates y soluciones disciplinarias.
El hecho mas sobresaliente respecto al origen de los avia-dores
veteranos que vuelan los grandes aviones de transpor-te
en España, es que su extracción principal fue durante los
años posteriores a la posguerra el escalafón de Pilotos Pro-fesionales
del Ejército del Aire, las escalas de Complemento
del mismo, una tímida participación de pilotos que aproba-ban
sus títulos en la Escuela de Polimotores de Matacán y
finalmente la Escuela Nacional de Aeronáutica entre los años
1976 y 1992.
Opinamos que la creación de la ENA vino a igualar la ca-lidad
de la formación que dichos aviadores contratados en
las Líneas Aéreas españolas poseían cuando procedían de
la Academia General del Aire, como demuestra el hecho de
las actividades desarrolladas, y los cargos brillantemente
ocupados por sus componentes en compañías y organismos
nacionales relacionados con las actividades aeronáuticas co-merciales
y de transporte. Se puede decir sin ánimo de polé-mica,
que la formación que la ENA proporcionó a los pilotos
que se formaron en ella, fue la mas completa que se podía
obtener en España, luego que los aviadores salidos de la
AGA dejaron de formar parte en masa de los efectivos de las
compañías aéreas. Años después comenzaron a obtenerse
Títulos de Graduados, con lo cual ya hubo de nuevo pilotos
con formación paralela o similar a la universitaria, los cuales
se reparten hoy día, aunque en pequeñas cantidades, los es-calafones
de las compañías aéreas nacionales.
Los inicios y primeros años
La noticia mas destacada de la aeronáutica española el día
6 de junio de 1974 era la instalación en el Aeródromo de Ma-tacán,
Salamanca, de la denominada ESCUELA NACIONAL
DE AERONÁUTICA, creada por Decreto 1500/1974 de 24 de
mayo.
Las bases de la legislación aeronáutica española eran des-de
los años posteriores a la Guerra Civil, la «Organización del
Ejército del Aire» de julio de 1940, junto con el Real Decreto
de 21 de febrero de 1941 sobre «Títulos Aeronáuticos Civi-les
». Los continuos avances de la aviación, la experiencia ad-quirida
y las obligaciones internacionales como contrapartida
de nuestro país a las organizaciones supranacionales hicie-ron
necesaria la modificación de las normas anteriores, pro-mulgándose
el Decreto de mayo de 1955 sobre «Titulaciones
Aeronáuticas Civiles».
Algo más tarde la Ley de Navegación Aérea de julio de
1960 y el Decreto 3562 de diciembre de 1972 establecieron
la «Modificación de la Estructura Orgánica de la Subse-cretaría
de Aviación Civil» y asentaron la competencia del
Ministerio del Aire en la Formación de Pilotos Civiles. Pos-teriormente,
la competencia de expedición de títulos fue
transferida en abril de 1978 al Ministerio de Transportes y
Comunicaciones y promulgada definitivamente en julio de
1990. En febrero de 1973 se había desarrollado el Decreto de
1972 estableciendo la necesidad de crear una Escuela de Pi-lotos
dependiente de la Subsecretaría de Aviación Civil, que
formase al personal para la obtención de los Títulos de Piloto
Comercial y de Transporte.