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en mayo de 1982 una comisión amparada por el Ministerio
de Educación y Ciencia contando con representantes de
Transporte, Turismo y Comunicaciones, la ENA y el Sindica-to
Español de Pilotos de Líneas Aéreas. La conclusiones de
la Comisión, denominada «para la Calificación y Evaluación
de los Estudios de los Pilotos Civiles de Transporte Aéreo»
fueron un tanto inconcretas, declarando finalmente el 3 de
mayo de 1982, que «los actuales estudios que se imparten en
la Escuela de Navegación de Aeronáutica podrían se equipa-rados
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a los correspondientes al Título de Diplomado Univer-sitario
», por un lado. Y por otro estimaban que «la formación
del Piloto Civil de Transporte Aéreo, podría por sí misma ser
susceptible de una configuración académica equiparable a la
Licenciatura».
Hemos de citar también, que siempre ha habido opiniones
fuera de la profesión, matizando la pretendida necesidad de
la titulación universitaria de los pilotos. Este es un ejemplo de
aquellos años: «Los pilotos de Líneas Aéreas han reivindica-do,
mediante diversas acciones, titulaciones universitarias
para su carrera. Estas titulaciones facultarían a los pilotos
para diversas misiones aeronáuticas adicionales a las de
operación y mando de las aeronaves, y evidentemente su
posición profesional mejoraría sustancialmente al tener ac-ceso
a puestos de alto nivel en líneas aéreas y en la Adminis-tración,
para los que se requiere específicamente este nivel
universitario»5
Nueva comisión, nuevo intento
En octubre del mismo año se reunió una nueva Comisión
Permanente para elaborar un Proyecto de Real Decreto
sobre Ordenación Académica de los Estudios de la Escuela
Nacional de Aeronáutica. Parece que el Proyecto quedó dic-taminado
para la titulación universitaria, sin que esta supu-siera
la creación de una Facultad, sino la reestructuración del
Plan de Estudios de la ENA. Pero a pesar de las opiniones
emitidas y los esfuerzos realizados el intento no prosperó. La
ENA en aquellos momentos no solo realizaba la enseñanza
de los alumnos oficiales, sino que además colaboraba en la
formación de los Controladores de la Circulación Aérea y de
los oficiales de Aeropuertos, impartiendo clases sobre cono-cimientos
aeronáuticos, meteorología y familiarización con el
vuelo, pudiendo extender sus ámbitos de enseñanza con
muy poco esfuerzo a los conocimientos reales necesarios en
las cabinas de los aviones comerciales avanzados, los pro-cedimientos
y técnicas de operación y navegación aérea y en
el mantenimiento en vigor de las licencias y calificaciones ae-ronáuticas.
La Escuela continuó realizando además de la Enseñanza
reglada, los examines libres para la obtención de los Títulos
de Piloto Comercial de Avión, Calificación IFR-H24, Títu-los
de Piloto Comercial de 1.ª Clase y Títulos de Piloto de
Transporte de Línea Aérea. Se realizaban dos convocatorias
al año en abril y septiembre y se publicaban con antelación
las normas, fechas y condiciones de las convocatorias y
niveles exigidos.
Durante los años transcurridos desde su fundación hasta
el año 1983 la ENA consiguió una serie de avances muy
importantes que se podían cifrar en aquellos días en varios
objetivos conseguidos, entre ellos:
La Ordenación de la formación oficial del piloto de
Transporte de Línea Aérea de Avión, con un Plan de Es-tudios
adecuado cuya validez había sido reconocida por
la Universidad de Salamanca.
La Ordenación de la formación de pilotos mediante
unas normas para exámenes en convocatorias dobles
anuales, con programas adecuados y bibliografías aso-ciadas.
Una infraestructura adecuada para una escuela moder-na
que no tenía nada que envidiar a las escuelas nacio-nales
similares de los países europeos como Francia,
Alemania, Inglaterra e Italia.
Un Reglamento de Régimen Interno con el cual la es-cuela
consiguió mantener una organización bien es-tructurada,
personal disciplinado y cumplidor y obtener
resultados óptimos en la formación de sus alumnos.
Ordenación de los exámenes para pilotos de Helicóp-teros,
aunque incipiente, porque tardó algún tiempo en
conseguir dos helicópteros propios para instrucción y
exámenes.
Reconocimiento por el Ministerio de Educación y Cien-cia
a nivel individual, de los estudios de la Escuela como
homologables a los de Diplomado Universitario.
Cese a petición propia del director coronel
Aldasoro: segunda etapa
En abril de 1983 el director de la ENA desde su fundación
coronel Juan José Aldasoro Quijano, presentó su dimi-sión
y remitió un informe a la Dirección de Aviación Civil
donde se listaban los continuos malos entendidos y las di-ficultades
que sufría continuamente la Escuela por parte de
la estructura civil que estaba inmediatamente por encima
de la misma, con peticiones denegadas, órdenes anula-das,
expedientes cancelados y anulación de sanciones, al
mismo tiempo que se producían demoras en muchas deci-siones
ante la lentitud y falta de decisión que se producían
entre los responsables del nivel superior en el Ministerio.
Poco después en mayo de 1983 el director accidental te-niente
coronel Luis González Martínez fue cesado por la
DGAC.
En los meses de mayo y junio los profesores y personal de
Mantenimiento individualmente, así como la mayoría de los
jefes, oficiales y suboficiales que componían la dirección y
el profesorado de la ENA, fueron pidiendo su incorporación
al Ejército del Aire y salieron destinados a su antigua unidad
en la Base Aérea de Matacán. Se designó una dirección
provisional para mantener la escuela operativa y durante los
meses de julio, agosto y septiembre se inicia la contratación
de nuevo profesorado. En su primera visita a la ENA, el nue-vo
director general Pedro Tena ratificó su idea, ante alumnos
y profesores, de reformar el centro y potenciarlo, aunque
los presentes entendieron más bien que quería deshacerse
de casi todo el acervo anterior. Se produjeron infinidad de
problemas, se restringió radicalmente la autonomía de la Es-cuela,
hasta el extremo de tener que enviar la programación
diaria pormenorizada de vuelos para su aprobación, entre
La Escuela a vista de pájaro otras muchas cosas.