Croquis del vuelo a Madrid, al objeto de solicitar permiso para las ope-raciones
en terreno español de la nueva línea Toulouse-Casablanca (Foto
Beppo de Massimí y el piloto Rodier a su llegada a Getafe, se ocupan
del aparcamiento de su Salmson (Foto Museo de Air France-París y en
Mundo Gráfico 390, 10 de abril 1919)
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línea, en su libro Dans le vent des hélices, atribuye a PGL la
siguiente frase:
« J’ai fait tous les calculs. Il confirmant l’opinion des spé-cialists:
nôtre idée est irrealisable. Il ne nous reste plus
qu’une chose à faire: la realiser».
Una frase potente que transmite con precisión y pocas pa-labras,
la fuerza y el tesón empleados para sobreponerse a
las enormes dificultades encontradas para desarrollar su pro-yecto.
Aunque, como bien demostró, no era una idea irreali-zable.
Pierre George Latécoère fue un visionario que acertó
plenamente y abrió una vía importante de progreso para la
naciente aviación comercial que se encontraba en una fase
crítica de desarrollo.
España Automóvil n.º 09, 15 abril 1919)
Demostrada la viabilidad del proyecto, el siguiente pa-só
consistió en enviar a España a un hombre de su mayor
confianza, Beppo Massimí, para gestionar ante la autoridad
competente la necesaria autorización que permitiera el inicio
de las operaciones de la flamante compañía Latécoère.
Henrí Lemaître. Piloto del Salmson en Casablanca, al que Pierre Laté-coère
confió muchos de los vuelos que realizó. (Foto Biblioteca Nacional
de Francia)
Carta manuscrita del general Lyautey, fechada el 11 de marzo de 1919 y
enviada por correo aéreo en el viaje de regreso del Salmson
Una de las cartas remitidas en el primer correo aéreo Casablanca-Francia