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En octubre de 1938, para dar una sensación de normali-dad
en la zona nacional, se organizó una competición por
el sistema de eliminatorias de carácter regional. En la fede-ración
aragonesa se organizaría el campeonato Regional de
Aragón en el que participaron los equipos del Zaragoza F.C.,
Recuperación de Levante, Huesca F.C., División 105, 80.ª
Compañía Automovilística y Aviación Nacional. Como puede
observarse, la denominación de algunos equipos tenía como
referencia la nomenclatura de las unidades que participa-ban
en el conflicto. El equipo aviador se enfrentó en primera
ronda al Recuperación de Levante, posteriormente se en-frentaría
a la 80.ª Compañía Automovilística, proclamándose
campeón tras vencer al Zaragoza en la final.
Abril de 1939, la guerra había finalizado. El nuevo Estado
tuvo que reorganizarse creándose el Ministerio del Aire y
dando lugar a la Ley del 7 de octubre de 1939 en la que el
Ejército del Aire pasaba a ser un ejército independiente.
La Unidad 35 de Automóviles se trasladaría a Madrid, y
con ella el equipo aviador. La Unidad 35 de Automóviles de
Aviación pasó a llamarse Regimiento de Automóviles del
Ejército del Aire, tras la reorganización que se realizó se ins-taló
en la calle Espronceda de Madrid. Aquella Unidad mítica
pasó a convertirse, con el paso de los años y tras diferentes
denominaciones, en lo que hoy es el Grupo de Automóviles,
ubicado en el Acuartelamiento Aéreo de Getafe (Madrid).
Aquella victoria en el Campeonato Regional le brindaba al
Aviación Nacional la oportunidad de participar en el Torneo
Nacional de Fútbol, origen del actual campeonato de Copa
de S.M. el Rey, en el que se enfrentó el 14 de mayo de 1939
al Betis en octavos de final, logrando un empate en el esta-dio
sevillano de Heliópolis y ganando por cuatro a cero en
Vallecas, nueva sede del club militar.
En los cuartos de final el rival es el Sevilla. El partido de
ida se celebró el 28 de mayo en el Estadio de Vallecas. En
la primera parte los dos equipos se mostraron recelosos y
protegieron su retaguardia llegando con empate a cero al
descanso. En la segunda el equipo de Aviación se aprove-chó
del conformismo sevillista y primero el canario Francisco
Campos Salamanca y más tarde Juan Vázquez Tenreiro, el
famoso extremo izquierda conocido también como la flecha
ferrolana, materializaron el triunfo azulón, el color elegido por
los aviadores por su propia identidad.
Una semana más tarde el equipo se trasladó a Sevilla
para jugar el partido de vuelta con aire optimista tras la
ventaja obtenida en Madrid. El Aviación empezó adelantán-dose
con un gol de Vázquez que fue rápidamente igualado
por los sevillistas. Tras el descanso el equipo madrileño se
mostró conservador encerrándose en su área. El Sevilla
marcó por partida doble e igualaba la eliminatoria. Cuando
ya se pensaba en un partido de desempate, en el último
minuto el jugador sevillista Raimundo desequilibraba la ba-lanza
con un cuarto gol que daba el pase a semifinales a los
sevillistas.
Según se cuenta en las crónicas de la época este partido
de vuelta contó con un arbitraje que denominaríamos como
casero y que, unido a la fatalidad de los últimos minutos,
hablaban ya de la idiosincrasia que ha acompañado al club
desde sus orígenes.
En la temporada 1939-40, a punto de reanudarse el torneo
liguero de fútbol tras el parón de tres años de guerra civil, el
club parecía contar, por el conjunto de sus jugadores, con
una calidad suficiente para enfrentarse a cualquier equipo
nacional, y su deseo era hacerlo en la División de Honor sin
tener que pasar por el trámite de comenzar a jugar en las di-visiones
de nivel Regional, ascender a Segunda División y
El club Aviación Nacional en el campo del Torrero de Zaragoza
Aviación Nacional antes de fusionarse con el Athletic