más tarde llegar a la Primera, pero lamentablemente, al ser
un club de reciente creación, no podía ser.
En aquella época el Athletic Club de Madrid era un equipo
reconocido, siendo uno de los diez fundadores de la Liga
de Primera División, pero que en esos momentos no estaba
atravesando una buena situación. El equipo fue creado en
1903 por un grupo de estudiantes vizcaínos de la Escuela
Especial de Ingenieros de Minas y que decidió fundar un
equipo sucursal del Athletic Club de Bilbao, el cual se deno-minó
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Athletic Club de Madrid. La última temporada celebra-da,
la 35-36 por el parón de la guerra, no fue nada buena, ya
que había descendido a Segunda División. Otra vez quiso el
destino que el Sevilla se cruzara en esta historia.
El Athletic Club de Madrid no tuvo en la temporada, previa
a la guerra, una buena trayectoria y se jugaba la perma-nencia
en la Primera División en la última jornada contra el
Sevilla, que estaba aún en peor situación. Un empate en su
estadio, el Metropolitano, era suficiente para que el Athletic
se salvara, condenando a los andaluces a Segunda División.
El encuentro concluyó con 2-3 para los sevillistas, y con Ca-cho,
jugador del Athletic, fallando un penalti en los últimos
minutos para desgracia de sus aficionados. Algo que volvería
a repetirse años más tarde en la última jornada de la tempo-rada
2000-2001, fallando un penalti también en los últimos
minutos. El drama, ese presentimiento tan en la piel de los
aficionados rojiblancos, se convirtió en realidad condenan-do
a los madrileños en 1936 a la Segunda División junto al
Osasuna, el colista.
Terminada la guerra, el panorama para el club madrileño se
presentaba muy negativo. La plantilla estaba diezmada por la
guerra y además al descenso de categoría había que añadir
un déficit económico al que no podía enfrentarse y con el
Metropolitano destrozado durante el conflicto.
Directivos del Atlhetic Club de Madrid y del Club Aviación
Nacional, conociendo las necesidades de ambos, se pu-sieron
en contacto para intentar llegar a un acuerdo. Tras
analizar la situación y conociendo las dificultades y los an-helos
de cada uno de los equipos, Cesáreo Galíndez y Juan
Tourón, directivos del Atlhetic Club de Madrid, propusieron
al capitán José Bosmediano Toril y al teniente Francisco
Campos Salamanca, del Club Aviación Nacional, la fusión
de ambos clubes con el fin de solventar los problemas de
cada uno.
Poco antes, el Aviación Nacional intentó fusionarse con
el Madrid Football Club, antecedente del actual Real Ma-drid,
pero las negociaciones no fructificaron al considerar
el equipo blanco que las condiciones no eran de su agrado.
Estas condiciones, que proponían a sabiendas de sentirse
querido, pasaban por la imposición de su nombre, su escu-do,
los colores de su uniforme, el 50% de los directivos y el
presidente.
Las negociaciones aún se complicaron algo más, ya que
un tercer equipo, el Club Deportivo Nacional de Madrid, que
jugó en Segunda División justo antes de la contienda civil,
también estaba interesado en fusionarse con el Aviación
Nacional y el Athletic temió que esa posibilidad, si llegaba a
realizarse, los relegara a tercer equipo madrileño. Las con-versaciones,
pues, del Athletic se intensificaron durante el
año 1939 con los directivos del Aviación llegando finalmente
a un entendimiento para la fusión de ambos con los siguien-tes
puntos de acuerdo:
Cambiar el nombre del nuevo equipo haciendo una com-binación
del nombre de ambos: de «Athletic de Madrid» a
«Athletic-Aviación Club». El nombre final de Club Atlético
Aviación llegaría un año más tarde, 1940, al prohibirse los
vocablos extranjeros en los nombres de los clubes de fútbol.
El Atlético de Bilbao, el Real Gijón o el Real Santander, entre
otros, tendrían que seguir esa misma normativa.
El nuevo club se regiría por la normativa del antiguo Athle-tic
de Madrid. Se mantenían los colores rojo y blanco y el
pantalón azul en su equipación. Los escudos, al igual que se
hizo con los nombres, se fusionarían al superponer el emble-ma
del Aviación Nacional con el escudo del Athletic de Ma-drid.
Asimismo se otorgarían los mismos derechos a los
miembros del Aviación Nacional que solicitasen entrar como
socios en el club que a los actuales socios del Athletic de
Madrid.
Así, con esa serie de condiciones, ambos equipos salieron
muy beneficiados de los acuerdos y el nuevo equipo forma-do
pudo sobrevivir a las circunstancias y además convertirse
en un equipo fuerte y competitivo.
En el anexo se puede consultar un curioso expediente que
se encuentra en el Archivo Histórico del Ejército del Aire, en
el castillo de Villaviciosa de Odón (Madrid), en el que constan
documentos que avalan la creación del Club con el objetivo,
Club Aviación Nacional de la unidad 35 de automóviles en San Sebastián
en 1940
Escudo
Athletic Aviación