Hundimiento del buque italiano Grande
América
En la noche del 10 al 11 del pasado
marzo, el mercante ro-ro Grande américa de
la naviera italiana Grimaldi, que navegaba
desde Hamburgo hacia Casablanca, sufrió un
grave incendio a bordo en el golfo de Vizcaya.
A raíz del incendio, y con la dirección del
Centro Regional de Operaciones de Vigilancia
y Salvamento del Atlántico francés, la
tripulación fue evacuada por la fragata británica
argyll.
La mala meteorología y el viento en la
zona impidieron el auxilio directo al buque,
que terminó hundiéndose en la tarde del 12 de
marzo a una profundidad de 4.600 m y a unas
180 millas náuticas al oeste de la costa francesa
y a unos 330 millas del puerto de La Rochelle.
Entre la carga del buque destacan las 2.200
toneladas de fuel en sus tanques para consumo
propio, 190 de combustible diésel, 70.000
litros de aceite, unos 2.100 vehículos (entre
ellos unos 1.800 coches ligeros nuevos, 43
camiones nuevos y 147 usados), 365 contenedores
(algunos con cargas peligrosas, como
ácido clorhídrico y ácido sulfúrico), etcétera.
El hundimiento activó los planes anticontaminación
de las autoridades francesas y, por
parte española, la Dirección General de la
Marina Mercante activó el Plan Marítimo
nOTiCiaRiO
Nacional para realizar el seguimiento del
posible vertido. Ante la constatación de
combustible contaminante se activó el Plan
Vizcaya, que implica a unidades de Francia y
España. Salvamento Marítimo colaboró con
diversos medios, como el avión Sasemar 103
y los buques alonso de Chaves y María de
Maeztu.
Además, la Agencia Europea de Seguridad
Marítima (EMSA) colaboró con los
medios contratados, entre ellos el remolcador
español Ría de Vigo, en la recogida de la
mancha de contaminantes detectada tras el
hundimiento. Precisamente, este remolcador
descargó el pasado 10 de abril en el puerto de
Bilbao unos 330.000 litros de combustible
emulsionado mezclado con agua para su reciclaje
por la empresa designada para ello.
Hasta mediados de abril, los distintos reconocimientos
aéreos no detectaron acumulaciones
de combustible relevantes y los vientos
dominantes acercaron las posibles manchas
hacia el norte de las costas asturiana y gallega,
con lo que ambas comunidades mantuvieron
activados sus planes particulares anticontaminación
durante un período (por ejemplo,
Galicia lo desactivó el 12 de abril).
A. P. P.
2019 1007