TeMaS PROFeSiOnaLeS
de inseguridad, dicho cambio resulta cuanto menos perturbador.
También se explica el interés ruso en la neutralidad de Finlandia, pues
de lo contrario habría fuerzas OTAN en ese lado de la frontera (Putin,
2016). Desde esa lógica, el presidente ruso (2007) sostuvo en la
Cumbre de Seguridad de Múnich que la ampliación de la OTAN al
Este suponía «una seria provocación que reducía el nivel de confianza
mutua». No era una idea nueva. Antes de que Putin llegase a la jefatura
del Gobierno en 1999, el Concepto de Seguridad Nacional de 1997
identificaba la ampliación de la OTAN como «una amenaza a la seguridad
nacional» (Bugayova, 2019: 13). Además, en las élites políticas
rusas tiene tanta importancia la defensa de las fronteras del país como
la seguridad del régimen (Cohen & Radin, 2019: 5-6). En un escenario
hipotético de revueltas internas, la proximidad geográfica facilitaría el
apoyo a los opositores al Kremlin. Un antecedente remoto fue el conocido
viaje de Lenin en 1917 desde Zúrich, atravesando Alemania y
Suecia —así como Finlandia, en ese momento rusa— hasta llegar a
San Petersburgo con el consentimiento y respaldo de dichos países.
Una repetición análoga de la historia en el contexto de revueltas similares
a la «revolución naranja» de Ucrania —entre finales de 2004 y
principios de 2005— entrañaría una amenaza existencial para el régimen
de Vladimir Putin. El temor a que Estados Unidos se sirva de
movimientos de oposición como «caballo de Troya» (según la propia
terminología de los estrategas rusos) para desestabilizar el país se
encuentra firmemente arraigado en la valoración que estos hacen del
entorno estratégico (Gerasimov, 2019).
— Proteger las conexiones internacionales a través del Báltico. Hasta
que el deshielo del Ártico amplíe las rutas marítimas rusas desde los
puertos del norte, el área en torno a San Petersburgo constituye uno
de los principales puntos de entrada y salida por mar, con más de la
mitad del tráfico de contenedores del país (en 2017, 2.230 de un total
de 4.429, según Global Ports). Por el lecho del Báltico discurren
también las canalizaciones del actual Nord Stream y del Nord Stream 2,
que a lo largo de este año doblará la capacidad de transporte de gas a
un total de 110.000 millones de metros cúbicos (Murphy, Hoffman,
& Schaub, 2016: 7). El interés de Rusia por mantener abiertas estas
conexiones externas constituye un factor estabilizador ante potenciales
crisis. También contribuyen a ello las relaciones comerciales con
Europa, esenciales para la prosperidad económica de Rusia.
Para ganar en perspectiva, conviene enmarcar estos cuatro grandes objetivos
asociados a intereses en otros dos factores:
916 Junio