110 FERNANDO CABALLERO ECHEVARRÍA
Completado el ciclo anual de operaciones, Silvestre inició la labor
civilizadora en la zona recién ocupada, comenzó el estudió de la «sugerencia
» del Alto Comisario, así como las labores de atracción política sobre las
facciones fronterizas de las cabilas de Tensaman, Beni Tuzin y Metalza.
En esa situación, el Alto Comisario fue llamado a Madrid para tratar
sobre un crédito para caminos «de cuatro millones acordados por el Consejo
de Estado». Además, en su carta el Ministro le decía: «deseo hablarte de lo
que constituye mi obsesión, la supresión del tercer año … Creo que puede
suprimirse sin inconveniente»39. Una medida que como apuntaba Berenguer
«tenía ambiente en el Parlamento, y que daba ocasión de campañas de los
partidos políticos».
Antes de ir a Madrid, el Alto Comisario consultó a los Comandantes
Generales su opinión sobre el asunto. Berenguer recoge el resultado en sus
memorias: «la opinión de ellos es unánime …, dada la actual situación
política y militar, no es posible en breve plazo llegar a la reducción del Ejército
peninsular en una tercera parte aproximadamente». La licencia suponía
perder unos 15.000 efectivos, los más fogueados.
Mientras, Silvestre estaba preocupado por el libramiento de los créditos
para vías de comunicación, que resultaban imprescindibles para acometer
la labor civilizadora, pues permitían desplazar los materiales con los que
levantar puestos de policía, campamentos, dispensarios, escuelas… Y facilitaban
la llegada del comercio y el movimiento de las unidades, que daba
sensación de tranquilidad. Además, tras los avances, para cubrir el terreno
ocupado, requería más tropas, que, con su sola presencia, llevaran la paz a
los territorios sometidos.
La reunión entre Berenguer y el Ministro en Madrid no pudo ir peor
para los intereses del Comandante General de Melilla. Berenguer volvió a
Tetuán sin los créditos, aun habiendo sido ya aprobados, y con la licencia.
Y la más que justificada petición de Silvestre de crear un nuevo Grupo de
Regulares, finalmente se guardaría en un cajón ministerial, esperando mejores
vientos.
Así, coincidiendo con el máximo alargamiento de sus líneas, el Comandante
General recibía en Melilla la fatídica noticia. A finales de enero,
los primeros 333 veteranos embarcaban en el transporte Monte Toro. Y Silvestre
acudió al muelle a despedir a quienes el definió como «lo mejor de
sus tropas». Finalmente abandonarían Melilla más de 4.500 hombres40.
39 Carta del ministro de la Guerra, vizconde de Eza, al Alto Comisario del 16ENE21.
40 Informe del Coronel Morales remitido, por orden de Silvestre, al Alto Comisario el
15FEB21.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 110-148. ISSN: 0482-5748