234 SALVADOR FONTENLA BALLESTA
Desde el punto de vista operativo, y en este mismo año, el alto comisionario
trato inicialmente de defender la plaza de Melilla (sugestionado en
la errónea creencia que estaba gravemente amenazada), en vez de contener
el desastre y socorrer a las guarniciones sitiadas, a continuación, retomar la
iniciativa para reconquistar el terreno perdido.
La inesperada y fácil victoria de las cabilas sobre las tropas españolas provocó
el levantamiento general de las cabilas, como era previsible. Esta nueva e
inesperada situación fue aprovechada por Abdelkrim, para unificar políticamente
a las cabilas rifeñas, bajo su mando y formando un sultanato independiente.
El gobierno español dimitió, a consecuencia del Desastre, y fue sustituido,
el 14 de agosto, por otro presidido por Maura. Enterado el alto comisario
de esta dimisión, se consideró en el deber de presentar la suya, pero el
nuevo Consejo de Ministros prudentemente lo reafirmó en su cargo.
El tiempo perdido por los españoles para reaccionar fue aprovechado
por las harcas para acumular recursos a vanguardia, e incrementar los hostigamientos
contra las posiciones españolas. Los notables de las cabilas de
Guelaya se presentaron ante Abdelkrim, el 1 de septiembre, y le hicieron
acto de sumisión, Esta nueva situación animó al líder rifeño a cruzar decididamente
el río Kert, que no había hecho antes, seguramente con la pretensión
de adelantar lo más posible su línea de defensa y dar profundidad a la misma.
La colaboración y lealtad de las cabilas próximas a Melilla, más proclives
a cambiar de bando si la presión española los forzaba, Abdelkrim la aseguró
obligándoles a llevar a sus familias, como rehenes, al otro lado del río Kert. Los
harqueños de Beni Urriaguel se encargaron de encuadrar e instruir a los guerreros
de otras cabilas, obligadas a combatir con ellos por las buenas o por las malas.
Nuevos objetivos españoles
El general Berenguer envió al nuevo gobierno, el 15 de agosto, un
plan para reconquistar el terreno perdido. Plan que el gobierno lo aprobó
en todas sus partes, pero siguió las negociaciones directas con Abdelkrim,
y otros dirigentes rifeños, con las pretensiones de crear disensiones entre
ellos. Las operaciones de reconquista tenían cuatro fases:
− Primera fase. Ocupar simultáneamente el Zoco el Arbaa y Nador,
y consolidar ambas posiciones.
− Segunda fase. Ocupación del valle de Segangan con Atlaten, aislando
el monte Gurugú y su amenaza sobre la plaza de Melilla.
− Tercera fase. Ocupación de Zeluán.
− Cuarta fase. Recuperar Monte Arruit y alcanzar el río Kert.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 234-246. ISSN: 0482-5748