EL GENERAL MANUEL FERNÁNDEZ SILVESTRE: ANÁLISIS DE… 385
castigo. Aunque, efectivamente, la respuesta de Silvestre pidiendo que le den
instrucciones precisas sobre cuánto gastar no está exenta de cierto tono insubordinado,
es la única posible ante una queja de alguien que no está sobre el
terreno y que, por encima, traslada la de otro ministerio. Echagüe conseguirá
salir airoso de tan surrealista situación, alegando que su comunicación solo
quería prevenir posibles abusos y aprovechar, de paso, para ordenar el cese de
la actividad militar con motivo del inicio de la guerra en Europa42.
Aun así, la relación de Silvestre con el ministro Echagüe sigue tensándose
cada vez más, con recriminaciones por ambas partes, tanto por la
política a seguir tras el cese de las operaciones como por los cambios en el
planeamiento táctico de Silvestre, que decide no tomar el bastión del Raisuni
en Zinat por considerar que esto ocasionaría grandes bajas en las filas
españolas y a pesar de que el ministerio le ha ido dotando de los medios
solicitados para hacerlo43.
La táctica de aproximación indirecta y toma de posiciones clave, fácilmente
asociable a un militar de Caballería como Silvestre, comienza a dar
sus frutos, ya que las cabilas empiezan a ser más propensas a prometer sumisión
a España e, incluso, al propio Raisuni, que va perdiendo sus apoyos a
causa de la hambruna que se extiende por la región producto de las acciones
de la Comandancia General de Larache. Aun así, Silvestre no consigue dar
el deseado golpe definitivo al xerif, que, acorralado, vuelve a entablar negociaciones
con el gobierno en la primavera de 1915.
La importancia que Silvestre sabe que tiene el factor estacional en Marruecos
para la exitosa conducción de las operaciones queda patente en sus advertencias
a Marina, con amago de dimisión incluido, de que todo es un nuevo
intento del Raisuni para ganar tiempo y que retrasar la campaña prevista para
después de agosto tendrá un alto coste por el estado de ríos y caminos44.
Poco importarán al final las negociaciones de Marina y la posible
dimisión de Silvestre, ya que en mayo de ese año tendrá lugar el suceso que
acabará, de momento, con la presencia de ambos en Marruecos.
El asesinato de Alkalay, emisario del Raisuni, a manos de oficiales españoles
de la Oficina Indígena de Arcila, cuando este llevaba las propuestas
del gobierno español en las negociaciones, hace que todas las sospechas se
dirijan hacia el comandante general de Larache, bien por acción u omisión.
Poco importa que Silvestre, a instancias de Marina, ponga rápidos
medios para esclarecer el asunto, después de recibir un primer e insatisfactorio
informe que achaca el asesinato a unos bandoleros. Según López
42 SERVICIO HISTÓRICO MILITAR: op. cit., pp. 898, 899.
43 Ibídem, págs. 899-903.
44 Ibídem.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 385-412. ISSN: 0482-5748