EL GENERAL MANUEL FERNÁNDEZ SILVESTRE: ANÁLISIS DE… 393
de días izar la enseña nacional en el Monte Mauro y conseguir, también, la
sumisión de los Beni Ulixek.
Como bien señala Caballero Echevarría, el éxito de estas operaciones
se encuentra en la perfecta comunidad de doctrina consensuada por Berenguer
y Silvestre, donde se desarrolla la llamada «columna Berenguer» y su
uso en número habitual de tres, para aumentar el frente del despliegue y la
velocidad de progresión, consiguiendo así crear la sensación de ser la fuerza
imparable que tanto impresiona a los rifeños. La aplicación de los conceptos
doctrinales del alto comisario encuentra en el general Silvestre su máximo
valedor, vistos los excelentes resultados que consigue.
Es precisamente en la doctrina que prepara Berenguer donde se hace
hincapié en una herramienta fundamental para las operaciones: el Estado
Mayor. El alto comisario cifra en tres los principios básicos sobre los que
debe pivotar cualquier operación: la preparación, la masa y el impulso.
Mientras que el tercero es competencia de los jefes y oficiales, la preparación
y la organización corresponden al Estado Mayor. Una preparación, por
otra parte, que Berenguer exige meticulosa al límite, para que todo quede
previsto y bien calculado.
Silvestre y su Estado Mayor
Como se ha dicho, el general Silvestre tiene en su Estado Mayor una
total confianza, tanto en la toma de decisiones como para el desarrollo de
las operaciones. Ya desde sus tiempos en Larache acostumbra a rodearse
de oficiales de alta competencia que realizan un trabajo de planificación
exhaustivo, que muchas veces es usado directamente por Silvestre en sus
comunicaciones al gobierno.
Dejando aparte el hecho de que calificarlo a veces de «estorbo mayor
» no deja de ser una broma entre gente de confianza, el general Silvestre
cuenta con un equipo que sabe que le va a dotar de los medios tácticos necesarios
para cumplir la misión encomendada y del que sabe, además, sacar lo
mejor en cada momento. Hasta tal punto aprovecha las diversas cualidades
de sus integrantes que no rechaza las voces discrepantes dentro del mismo,
como haría alguien llevado por su ambición personal y su ego desmedido,
que no se detiene ante nada.
Pero esta inquebrantable adhesión que siente el general por su Estado
Mayor no encuentra reflejo en el mismo, ya que, precisamente, la visión más
negativa que tenemos de las competencias profesionales de Manuel Fernández
Silvestre proviene de dos miembros de su equipo: Dávila y Tamarit. El
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 393-412. ISSN: 0482-5748