UNIDADES INDÍGENAS EN EL MARCO DEL DESASTRE DE ANNUAL 163
En cuanto a los procedimientos tácticos, se pasó de la defensiva a la
ofensiva, evitando dar al bereber la idea de que él era el más fuerte, pues
mientras la defensiva animaba al enemigo al hostigamiento y al ataque por
sorpresa, la ofensiva permitía mantener en su punto a los vacilantes que estaban
dispuestos a engrosar las harcas enemigas en caso de victoria, y donde
el empleo de columnas jugó un importante papel.
Pero, sobre todo, tomó conciencia de que para resolver el problema
marroquí no solo bastaba la fuerza, sino que esta debía combinarse
con una adecuada política de atracción que contribuyera a la prosperidad
y bienestar del país, objetivo final de toda lucha de contraguerrillas, pues
la misión de protectorado encomendada a España no era otra que la de dar
legitimidad al Gobierno marroquí. Lo que se tradujo en la idea de crear
un ejército colonial similar al de otras potencias europeas, sobre el que
vertebrar la intervención militar en Marruecos, en el que el empleo de los
naturales del país integrados en el ejército permitía: reducir el número de
fuerzas nacionales, cuyas bajas tanto daño hacían política y socialmente en
la metrópolis; quitar contingentes al adversario; y ejercer una eficaz política
de atracción, al hacer ver los alistados a sus convecinos las ventajas que
suponía la sumisión.
Y así, alejado de todo convencionalismo, adaptado a su nueva realidad,
el Ejército español comenzó a contar en sus filas con personal indígena,
entendido como autóctono, primero en misiones de intérpretes, guías y confidentes
y más tarde como policías y soldados perfectamente encuadrados
en unidades, donde la creación de las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla
el 30 de junio de 1911 fue uno de los mayores aciertos, al convertirse
en poco tiempo en la mejor unidad de combate del ejército español de la
primera mitad del siglo XX.
FUERZAS REGULARES INDÍGENAS
Antecedentes
Integrar en los ejércitos a las poblaciones de los países ocupados ha
sido una constante desde el inicio de los imperios. En España, los Moros
de Paz y Mogataces fueron los pioneros en África durante la ocupación
de Orán entre 1509-1708 y 1732-1792. Una fuerza de choque de entre 50
y 100 hombres que ofrecieron importantes servicios a la Corona y que tras
el abandono del territorio fueron trasladados a Ceuta junto a sus familias,
donde quedaron a extinguir.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 163-212. ISSN: 0482-5748