288 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO
ver la situación con una cierta gravedad que ya expresa en sus telegrama de
13 de junio y pide recursos que han de ser satisfechos ya no solamente por
la Alta Comisaría, si no por el gobierno y con la autorización del congreso,
cuestión poco sencilla cuando realmente no había ocurrido nada todavía.
Parece que el distanciamiento entre ambos generales iba en aumento,
a pesar de que Berenguer en sus posteriores memorias pasa por estos temas
con gran diplomacia. Al fin y al cabo eran amigos de la misma promoción.
Mientras, Madrid quería saber exactamente con urgencia las causas
de la caída de Abarrán ya que las noticias transcurrían por el lento camino
administrativo de los telegramas que iban de Melilla a la Alta Comisaría y de
ahí al Ministerio. En Madrid siempre se quieren saber los detalles cuando en
el terreno todavía no se saben, cuestión que llega hasta nuestros días, aunque
hoy los sistemas de comunicación son casi instantáneos. En todos los telegramas
del Alto Comisario transmitía una tranquilidad total, que algunos a
posteriori califican como distorsionadas como si aquella tierra no dejase ver
la realidad. Sin embargo, esa tranquilidad hasta cierto punto era total, sobre
todo en los territorios al este de la línea Ben Tieb-Dríus-Telata, en los que se
vivía en un ambiente cuartelero de paz. No obstante comunicaba a Madrid las
inquietudes que le transmitía el general Silvestre. Dicho de otra manera, el
general Silvestre no estaba preparando ningún plan ofensivo, es más, aunque
no vislumbrara las causas, estaba viendo que la situación iba cambiando y la
fuerza rifeña se constituía en un ejército parecido al suyo. De ahí sus preocupaciones
que hacía llegar al Alto Comisario. Quizá tenía confidencias de las
que no sabemos nada. Todo ello no impide a un testigo afirmar que el 8 de
julio, el general seguía pensando en llegar a Alhucemas sin necesitar ninguna
fuerza adicional, lo cual nos parece una valoración ciertamente cuestionable,
dirigida más a enfatizar su optimismo ante los demás, pues en esa fecha no
podía existir, ni siquiera en su mente, un proyecto de avance33.
ALCÁNTARA. MAYO/JUNIO 1921
A finales de mayo de 1921, casi en vísperas de la operación de Abarrán,
los reclutas del Alcántara llegaron a sus escuadrones. Según la distribución
del contingente publicado en el DO. del 26 de enero el número asignado al
regimiento era de 326, salvo incidencias de última hora. Haciendo una hipócupación
por estar permanentemente destacados ahora mucho más lejos de su mundo
familiar. Se pensó en Uestia para un futuro cuartel.
33 SILVELA MILANS DEL BOSCH, Juan: Este y otros temas relacionados son analizados
en su trabajo “Las responsabilidades de Annual”, en Memoriales de Caballería, nº 31 y 74.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 288-320. ISSN: 0482-5748