EL ALCÁNTARA EN EL VERANO DEL 21 311
cómo y por qué se hizo esta distribución. No nos cabe duda que tuvo que
ser con órdenes. El capitán Fraile del 2º escuadrón con los supervivientes de
sus dos secciones, el capitán Ballenilla del 1º con los supervivientes de las
tres suyas, así como las secciones del alférez Gaztelu del 3º, la del sargento
López de Haro del 4º y la del teniente Domingo de ametralladoras, reciben
orden de salir para Zeluán. Hay quien manifiesta que este desplazamiento lo
es para tener bajo control a las fuerzas del Grupo de Regulares de Melilla,
pero hay muchas versiones y confusiones sobre lo ocurrido. Son un total de
siete secciones montadas (entre 15 y 20 jinetes) y una de ametralladoras (de
unos 15). No conocemos sus efectivos pero sumarían cerca de 180 jinetes
aproximadamente. Deben cruzarse disparos pues el alférez de la Guardia del
primer escuadrón, es herido de gravedad y queda en Tistutín, donde morirá
dos días después. Llegados a Zeluán y reunidos con el “escuadrón provisional”,
quedaron unos 250 jinetes en la zona de Zeluán, tal y como sostiene el
soldado Domingo Baliñaga del 5º escuadrón, que los aprecia en unos 300.
Con el teniente coronel queda la plana mayor del regimiento, dos secciones
del 3º escuadrón con los tenientes Climent y Castaños, una sección
del 4º que manda el teniente Arcos, con el teniente Font de Mora, una sección
del 5º que manda el teniente Púa y una sección de ametralladoras con
el capitán Triana y el teniente Manterola. Son cinco secciones que sumarían
unos 75 jinetes.
No hay muchas referencias a estos casi cien hombres que quedaron con
el teniente coronel en Tistutin. La columna Navarro que salió de Dríus con
buen orden, va acelerando la marcha tras cada disparo que oye. Recibe fuego
en el Gan, llegan a emplazarse algunas piezas de la batería ligera y tras diversas
penalidades llegaron a Batel. Distribuidas sus fuerzas entre Batel y Tistutin
finalmente emprenderán la marcha hacia Monte Arruit una semana más tarde.
Los hechos posteriores ya no tienen nada que ver con un regimiento de
caballería, sino con los hombres que lo formaron, pues en todas las crónicas se
resalta que el regimiento Alcántara había dejado de existir como una unidad de
caballería. Hechos, heroicos sin duda, de los soldados del regimiento en defensa
de los puestos asignados que se pueden circunscribir a dos lugares: Monte Arruit
y Zeluán. Al primero fue llegando, tras la pausa de la columna de una semana
en Batel-Tistutin, el teniente coronel Primo de Rivera con su centenar de supervivientes,
unos a pie y otros a caballo. La heroica defensa de la puerta principal
del campamento a cargo del capitán Triana, con los oficiales y soldados, debería
formar parte de la leyenda. La tragedia de aquellos hombres comenzó con la
muerte de su teniente coronel y culminó con el asesinato de todos ellos.
No se libraron de este destino los defensores de Zeluán y su aeródromo
a cargo del primitivo “escuadrón provisional”, en el que se había incorpo
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 311-320. ISSN: 0482-5748