EL GENERAL MANUEL FERNÁNDEZ SILVESTRE: ANÁLISIS DE… 353
continuos ataques, junto con acciones de campaña a la búsqueda de insurrectos.
Al tiempo que va demostrando su valía ante el fuego, deja patente
su fuerte y carismática personalidad, que también es característica de su
figura y que ya empezó a dar trazas en la Academia. El adjetivo con el que
más lo definen sus compañeros de armas es bravo, alabando su franqueza y
extroversión, así como su ingenio y carácter resolutivo8.
El destino le lleva, al año siguiente, a seguir otro de los pasos de su
padre, ya que su nueva unidad, el Regimiento de Caballería Expedicionario
del Príncipe nº 3, se encuentra bajo órdenes directas del recién nombrado capitán
general Valeriano Weyler. La campaña que este inicia en la provincia
de La Habana para acabar con la resistencia de los insurrectos, de frenética
actividad debido a la premura de acabarla antes de la época de lluvias, sirve
a Silvestre para familiarizarse con un elemento doctrinal que será luego fundamental
en su carrera africana: las columnas móviles interarmas, llamadas
en este período «cubanas» y cuyo diseño se debe a Weyler, específicamente,
para combatir en las guerras irregulares.
Por su hoja de servicios del año 1896, podríamos decir que Manuel
Fernández Silvestre encarna en este tiempo al arquetipo del oficial de Caballería.
Los innumerables combates en los que participa están caracterizados
por intensas cargas como la protagonizada el 8 de mayo por su regimiento en
Arango, donde quedan anotados en su expediente los 28 muertos que causa
con arma blanca, el diverso material que captura al enemigo y la felicitación
recibida del general en jefe. Combates, además, que se suceden sin solución
de continuidad, puesto que el regimiento debe combatir también los días 9,
10 y 11 en varias localizaciones. Evidentemente, la valentía demostrada por
Silvestre en campaña no quedará sin reconocimiento, porque recibirá la Cruz
de Primera Clase del Mérito Militar con distintivo rojo por su distinguida actuación
en el combate del Jordán contra la partida del jefe insurrecto Delgado.
No será esta la única recompensa obtenida durante su período de servicio en
Cuba, ya que obtiene la Cruz de María Cristina tras distinguirse en el combate
de Sabana del Maíz, donde su escuadrón estaba efectuando labores de escolta
al general Weyler, y en el que, además, está a punto de morir al ser herido por
un disparo en la frente que, afortunadamente, solo le roza. La tercera condecoración
que ganará en esta campaña será la Cruz Roja de Primera Clase del
Mérito Militar por su comportamiento en la acción de La Rosa.
El valor y buen hacer del teniente Manuel Fernández Silvestre no pasan
desapercibidos para el general Weyler, quien no solo le otorga dos de las condecoraciones
obtenidas, sino que también lo promueve al empleo de capitán
8 CABALLERO ECHEVARRÍA, Fernando: op. cit. pág. 324.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 353-412. ISSN: 0482-5748