162 CARLOS GONZÁLEZ ROSADO
Reclutamiento de 1837, cuya duración, desde 1882, era de 12 años (6 en servicio
activo y 6 de licencia ilimitada o reserva activa), y que, a pesar de ser
universal, podía ser eludido mediante la sustitución o redención en metálico,
lo que reproducía las injusticias sociales de la época y hacia volar sobre el
subconsciente popular la idea de que solo las clases sin recursos eran las que
soportaban el peso de la guerra.
Un sistema de reclutamiento que, como quedó demostrado en la Campaña
de Melilla de 1909, no era el más idóneo para intervenir en Marruecos,
y que, a pesar de las reformas llevadas a cabo por el Gobierno para mejorar
su imagen con la publicación de la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del
Ejército de 19 de enero de 19124, no impidió el aumento de prófugos y desertores
entre los llamados a filas, cuyo número alcanzó entre 1912 y 1923 el
17,25% de los mozos (Fernández Vargas & Cosidó Gutiérrez, 1996, pág. 66).
Sin embargo, a pesar de su lamentable situación, el Ejército español
asumió el reto de intervenir en Marruecos, y aunque algunos autores han
desacreditado su papel en aquellas campañas, porque hubo errores y grandes
derrotas, lo cierto es que supo adaptarse rápidamente a los acontecimientos.
Solo de este modo se puede entender que una columna de mil hombres hubiese
reaccionado ofensivamente el 9 de julio de 1909 contra los agresores
de los obreros del ferrocarril, y que en las siguientes 48 horas se movilizara
a la Brigada de Cazadores de Cataluña, formada por unos 6 mil hombres
con licencia ilimitada y unos mil caballos y mulos, que 9 días más tarde ya
combatía en Melilla. Y del mismo modo la Brigada de Cazadores de Madrid,
protagonista el 27 de julio de los combates del Barranco del Lobo, y así
hasta movilizar en tan solo dos meses más de 20 mil hombres.
Pero no solo el esfuerzo logístico que supuso el envío y mantenimiento
de miles de hombres en Marruecos fue extraordinario, sino que el Ejército
demostró su capacidad al adaptarse a la forma de combatir del rifeño. Así, se
pasó de dotar a la tropa de material excedente de Cuba a otro más moderno
a lo largo de la contienda, haciendo su aparición la ametralladora, el carro
de combate, artillería de campaña con mayor alcance, precisión y rapidez de
tiro, el automóvil, el avión, en cuyo uso militar España se adelantó al resto de
países, o una uniformidad acorde al territorio, que supuso pasar del azul turquí
al rayadillo y del rayadillo al caqui, color que prácticamente se ha mantenido
hasta nuestros días. También se perfeccionaron las comunicaciones y
se mejoraron los servicios sanitarios, siendo en este campo un médico militar
español, el doctor Fidel Pagés Miravé, el inventor de la anestesia epidural.
4 Fomentó la recluta voluntaria con premio para el ejército de África, suprimió la redención
en metálico y la sustitución y redujo el tiempo de servicio activo, que pasó de 6 a 3 años,
si bien la duración del servicio militar aumentó de 12 a 18 años.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 162-212. ISSN: 0482-5748