EL GENERAL MANUEL FERNÁNDEZ SILVESTRE: ANÁLISIS DE… 389
Pronto llamará a su lado, como segundo jefe de la comandancia, al general
Felipe Navarro Ceballos-Escalera, que sirvió con él como jefe de la fuerza
de Caballería en Larache. La confianza que ha puesto Berenguer en él queda
pronto demostrada en el informe que le remite, dando cuenta del mal estado
de organización, pertrechos y hombres en que se encuentra la Comandancia
General de Ceuta y solicitando o el envío de tropas peninsulares o la formación
de más tabores de regulares. A pesar de alabar la sinceridad de su informe,
Berenguer le negará los refuerzos peninsulares, alegando el mal efecto
que causaría en la opinión pública y el daño que eso podría hacer al gobierno.
Berenguer, al tener experiencia en el ministerio de la Guerra, actúa
a menudo como filtro de la aplastante sinceridad de Silvestre en sus comunicaciones.
El informe, para el alto comisario tan pesimista, es matizado y
suavizado cuando lo reenvía al ministerio, restándole importancia a la situación
que pinta Silvestre y alegando que el general acaba de llegar y que solo
es una primera impresión.
Otro motivo por el que Silvestre deseaba volver a Marruecos era que,
por fin, el Ejército español pasaba a la ofensiva contra las fuerzas del Raisuni,
dispuesto a terminar de una vez con su rebeldía. La operación en marcha
que prepara Berenguer es la toma del Fondaq, importante nudo de comunicaciones
que podría aislar a las harkas enemigas después del duro revés
sufrido en Cudia Rauda. El plan implicaba la convergencia sobre este punto
de varias columnas, con lo cual, la operación debe ser preparada junto con
los comandantes generales de Ceuta y Larache.
La planificación es delicada, debido a que Berenguer muestra un exceso
de optimismo, considerando factible el éxito de la operación con los medios
con los que se cuenta. Silvestre y Barreda, comandante general de Larache,
no lo ven tan claro, a causa de dos factores que suponen fundamentales: la
aviación y el transporte para las tropas en un terreno tan difícil. Así mismo, la
correlación de fuerzas que se presenta en la acción, poco menos del doble de
efectivos de los que se le suponen al enemigo, tampoco acaba de decidirlos
por el plan sin antes recibir refuerzos, algo que solicita Silvestre.
La discusión se prolonga durante horas, ya que, a pesar de que ambos
comandantes coinciden con el alto comisario en que no se puede demorar la
acción y hay que actuar cuanto antes, no acaban de ver clara su capacidad
para operar con las fuerzas de que disponen. Ante la opción que plantea
Berenguer de comunicar al gobierno que la operación no puede ser llevada
a cabo, se acuerda adaptarse a los medios disponibles y operar con máxima
cautela, dilatando el esfuerzo en el tiempo.
Finalmente, la toma del Fondaq de Ain Yadida se culmina con éxito
tras diez días de duros combates. La celebración de esta reunión y su
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 389-412. ISSN: 0482-5748