EL ALCÁNTARA EN EL VERANO DEL 21 257
EL MANDO DE LA COMANDANCIA, SU OFICIALIDAD Y SU TROPA
El mando de la comandancia recaía en el general de división Manuel
Fernández Silvestre. Indudablemente como mando de más alta graduación
recae sobre su persona la responsabilidad de lo sucedido.
Sin embargo, cae sobre sus espaldas que muchas fuentes lo consideren
el general más incompetente del ejército español. Sin tener ninguna
simpatía personal o corporativa sobre el personaje, nos cuesta mucho creer
tal afirmación.
El general Fernández Silvestre, que fue comandante general de Larache,
era comandante general de Ceuta desde julio de 1919. Su designación
a propuesta del general Berenguer le confiaba un territorio más importante
y de cierta autonomía respecto a Tetuán. Su nombramiento despertó en Melilla
la convicción general de que lo había sido para extender los límites de
la comandancia, establecidos desde 1913 sobre la línea del Kert, por lo que
fue recibido con muestras de alegría por todos los medios tanto peninsulares
como locales de Melilla, prensa, población y oficialidad.
El objetivo de Alhucemas no era de la invención de Silvestre. Era desde
1911 un objetivo estratégico nacional. Con todas las virtudes y defectos
del general, se preparó la campaña que desde el Kert se iría acercando hacia
Alhucemas.
Con todas las autorizaciones gubernamentales y del Alto Comisario,
las operaciones se iniciaron en el verano de 1920 y terminaron a fin de año,
con la prolongación en enero para alcanzar el valle del Amekran. Allí se
detuvieron las operaciones, pues hasta el mismo Silvestre sabía que con la
fuerza que tenía y el territorio a controlar no podía ir mucho más allá. Por
todo ello las apreciaciones de que en marzo trataba de iniciar las operaciones
ni más ni menos que para alcanzar la bahía, no solo en una dirección
táctica, sino en tres, nos parecen poco fundamentadas. A la vez que se iniciaron
los movimientos en Melilla en el verano de 1920, se iniciaron en Ceuta/
Larache con el objetivo de alcanzar Xauen, que produjeron bajas mayores
que las que hubo en Melilla.
Las operaciones en occidente siguieron en 1921, mientras que Silvestre
estaba detenido en Annual. No obstante, lo que ha pasado a la historia es
el general Silvestre ejecutando un loco avance por su cuenta.
Las operaciones se detuvieron en enero y se aprovecharon todas las
circunstancias que proporcionaban confidencias y comunicaciones para poder
mejorar la situación si es que procedía. No se saben con certeza las
cartas o documentos intercambiados entre Abd-el-Krim y Silvestre, muy
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 257-320. ISSN: 0482-5748