380 CÉSAR LABARTA RODRÍGUEZ-MARIBONA
tiene en cuenta su opinión sobre cómo afrontar la labor del Protectorado y
no duda en pedírsela cuando es necesario. Esto es lo que hace el ministro de
Estado, curiosamente, un día después del rechazo de su dimisión por parte
de Luque, para afrontar la reorganización de los servicios de la administración
del Estado tras la ocupación días antes de Tetuán. Silvestre, en su informe,
vuelve a dejar bien claro su pensamiento de la acción política sostenida
por la militar al defender que el objetivo último de la presencia española en
el Protectorado estaba encaminado a mejorar en todos los aspectos posibles
la vida de los marroquíes, transformando, por medio de la acción militar
pacificadora que asegurase el orden, el país en una región moderna y próspera
que, además, respetase las tradiciones seculares de Marruecos. De este
modo, Silvestre claramente apuesta por aplicar las lecciones aprendidas de
la labor francesa en su zona del Protectorado.
El comandante general de Larache
Para poder cumplir con el tratado franco-español que establecía el
Protectorado en Marruecos, se crea en marzo de 1913 la Comandancia General
de Larache, cubriendo así oficialmente la ocupación de las zonas de
Alcazarquivir, Arcila y la propia Larache. Transitoriamente, y hasta que se
nombre un general de brigada para cubrir el puesto, el cargo de comandante
general será ejercido por el coronel Silvestre. Este ve, además, que se siguen
sus recomendaciones por parte del gobierno, ya que se crean tres Oficinas
Indígenas, una para cada zona, que recogen información fundamental sobre
las cabilas y transmiten puntualmente al Estado Mayor de la Comandancia,
del cual dependen orgánicamente, tal como planteaba Silvestre.
Días antes de la creación de la Comandancia, Silvestre es llamado
por el ministro de la Guerra a despachar con él en Madrid. Este llamamiento
y las entrevistas mantenidas además con el ministro de Estado, con Romanones
y con el rey, nos dan a entender que tuvo un papel importante en la
toma de decisiones y que estaba considerado un elemento fundamental de
la acción española en Marruecos. Por descontado, su viaje a Madrid vuelve
a despertar entusiasmos tanto en la prensa como en los círculos sociales,
donde dan por hecho que Silvestre no se limitará a ejercer de comandante
general de manera interina y que su ascenso al generalato es cosa segura.
Nada más regresar a Larache, Silvestre se presenta a su nuevo superior,
el también recientemente nombrado alto comisario, general Felipe
Alfau, cuyas ideas, en sintonía con Silvestre, eran terminar de una vez con
los conflictos y centrarse de lleno en la acción civil, para dotar de infraes
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 380-412. ISSN: 0482-5748